Notas teórico-metodológicas: la Universidad Pública en el territorio: protección integral, ciudadanía social y educación. Estrategias de abordaje

Abstract

En la reciente conmemoración del centenario de la Reforma Universitaria de 1918, en la Universidad Nacional de Córdoba, Boaventura De Sousa Santos8 describió la existencia epistemológica de un “capitalismo universitario”, un modelo relacionado a los intentos privatizadores, que concibe la Universidad Pública como parte de un mercado, y que por ello debe ser administrada como empresa. Las lógicas neoliberales que se imponen en los estados nacionales, presionan las instituciones universitarias con imposiciones y prácticas orientadas por la maximización de beneficios y la ganancia por patentamiento. El neoliberalismo desplaza el derecho a la educación superior a un plano secundario, casi espectral, desdibujado ante las demandas de cumplimiento de estándares y rankings internacionales construidos para universidades anglosajonas, donde, por cierto, la educación es entendida en términos empresariales. El reconocimiento del derecho a la educación es la base real de sentido de las Universidades Públicas en Argentina, desde la perspectiva de construcción de ciudadanía. Es en estas donde es posible habilitar el reconocimiento de las comunidades excluidas, de los movimientos sociales, de las voces invisibilizadas, de las minorías. “Si dejamos que todo el conocimiento tenga que tener un valor de mercado, entonces no hay futuro para la universidad”, advirtió De Souza Santos, señalando el desafío y la responsabilidad de las Universidades Públicas de erigirse como espacios de resistencia política ante el neoliberalismo, evitando la mercantilización de la vida académica y el aislamiento que este supone. El acercamiento a las bibliotecas populares que se realizó desde este PDTS, supuso un posicionamiento epistemológico de ruptura con las lógicas neoliberales y de asunción de un compromiso político con los sectores más vulnerables de la sociedad. En esta línea de pensamiento, nuestro trabajo en las bibliotecas populares se basa en su reconocimiento como territorios sociales y culturales donde confluyen la comunidad en su complejidad y donde también abreva el Estado. La intervención estatal presenta la complejidad de la diversidad. Esto es, puede manifestarse a través de políticas públicas para el sostenimiento y el financiamiento (envío directo de libros, infraestructura, pago de bibliotecario, armado/participación en encuentros culturales9 ); del uso comunitario de espacios en general; y del uso escolar, en particular. Lo territorial se define aquí, antes que como escenario o contexto, como un espacio socialmente construido que es apropiado desde las relaciones sociales (Decándido, Ferrero, Truccone, 2009) que en él tienen lugar y que lo reifican según los intereses y las asimetrías de poder presentes.Las bibliotecas populares son una interfase entre las lógicas de lo comunitario y las del estado. Por ello, son un territorio donde el sentido social y el compromiso de la universidad y de los universitarios son próximos, cercanos físicamente pero también posibles como realización, donde la pertenencia de la Universidad Pública a la sociedad, puede adquirir densidad y materializarse. En efecto, la categoría de proximidad se entiende aquí como un bien político (Rosanvallon, 2007; Arocena y Marsiglia, 2017) de construcción de posibilidad y de consolidación de derechos.