Segunda parte: Una ética emancipatoria

Abstract

Habitamos y vivimos en un mundo cada vez más globalizado y colonizado por el desarrollo tecnológico extremo, por una cultura patriarcal y un modo de vida capitalista, que ha llegado al extremo de poner en riesgo la posibilidad misma de la vida sobre el planeta. En este sentido, resulta imperativo para toda la humanidad pensar y construir una nueva vida comunitaria que resguarde y respete también el lugar, la tierra que nos ha tocado habitar, resignificando el sentido de nuestra existencia individual y colectiva cuyo eje central sea la emancipación y autodeterminación de los pueblos. Entonces, la situación de pandemia, pospandemia y crisis política y económica global en la que nos encontramos, abre un interrogante central para la coyuntura actual: ¿cómo actuar frente a este “acontecimiento” novedoso y singular pero disruptivo del orden global? Para Deleuze los problemas éticos son del orden del acontecimiento, y cuando éste irrumpe aparecen nuevas relaciones y actores que generan, a su vez, un estado de crisis e incertidumbre. En un tal estado, la pregunta no es ‘¿qué debo hacer?’, sino ‘¿Qué puedo hacer?, ¿qué soy capaz de hacer?’ Solo entonces se plantea el problema ético: cómo un colectivo ha de ser compuesto o agenciado a la luz de la aparición de estos extraños nuevos actores, o cómo un nuevo colectivo se va a formar. Desde esta perspectiva es mejor pensar la ética como una construcción o edificación colectiva que desde el modelo del juicio. La pregunta de la ética se transforma en: ‘dado este caso, ¿cómo es nuestro colectivo a construir?. Se trata de hacer de la ética, entendida como praxis, un saber experimental y no como mero conocimiento normativo: componer relaciones, probar si una nueva conexión o agenciamiento potencia nuestras fuerzas o las depotencia. A partir de este planteo, cabe preguntarnos ¿no estamos frente a elementos que coincidirían con la caracterización del “giro emancipatorio” hecha en la introducción?Por ende, el siguiente texto persigue dos objetivos centrales. En primer lugar, buscamos desarrollar los elementos necesarios para la construcción de una ética que no esté fundada en el modelo del juicio moral, sino como praxis experimental a partir de la lectura que Deleuze hace de Spinoza y Nietzsche que nos servirá como marco teórico para; en segundo lugar, hacer explícitos estos elementos y mostrar, si los mismos, conducen a la construcción de una nueva ética emancipatoria cuya caracterización coincida con los rasgos esenciales del giro emancipatorio.