Lecturas bárbaras: Una aproximación a modos de leer literatura en comunidades urbanas socialmente vulnerables

Abstract

Cuando una estudiante afirma que el autor de un cuento es un "pelotudo", ¿está leyendo? ¿Diríamos que es una buena o una mala lectura? ¿Cuánto de nuestro juicio de valor cambiaría si el autor en cuestión fuera Aguinis, Bucay o Coelho? ¿Qué pasaría, en cambio, si se refiriera a un autor destacado del canon escolar como Julio Cortázar? ¿Qué interpretaciones haríamos sobre esta apropiación lectora? Este modo de leer, en términos de Carolina Cuesta, ¿manifiesta conocimientos? Si es así, ¿cuáles? (Cuesta, 2006). Con estos interrogantes en mente, reflexionaremos sobre las lecturas de jóvenes estudiantes en las clases de Literatura de la educación media. La comunidad de lectores que nos interesa está inserta en una zona social y económicamente vulnerable al tiempo que la escuela muestra un índice alto de vulnerabilidad educativa. En ese sentido, resulta significativo que, como sucede en otros contextos en crisis (usando la terminología de Michèle Petit, 2009), suelen ser percibidos, y también autopercibirse, distantes de prácticas culturales vinculadas al arte, entre ellas, la lectura literaria.Observaremos, a partir de registros narrativos, apropiaciones lectoras y sus tensiones con el horizonte de lecturas esperadas, en términos de Elsie Rockwell, de los protocolos de lectura (2001). Tensiones que pueden derivar en la falsa creencia de que no son lecturas o, en el mejor de los casos, de que son malas lecturas. Sostendremos que dichas interpretaciones son construcciones vinculadas a determinados posicionamientos epistemológicos sobre la literatura y pedagógicos sobre su enseñanza. Posicionamientos que se yerguen como fronteras entre constelaciones de sentidos y juicios de valor asociados a ellos que sintetizamos bajo el nombre de "Lecturas bárbaras".