Cultores del pensamiento conservador en una ciudad “plural y cosmopolita”

Abstract

Este capítulo analizará el fortalecimiento de un pensamiento conservador, más o menos evidente según los diversos casos y rasgos, en una serie de intelectuales, políticos y funcionarios asociados a un movimiento ideológico intransigente, católico y nacionalista; pero con la particularidad de que la mencionada tendencia se produce al interior de una ciudad pretendidamente "plural y cosmopolita", como la Rosario de las primeras décadas del siglo XX. Para ello pondremos el foco en una serie de figuras, condensadas en la personalidad de Antonio F. Cafferata, entre otros cultores locales de un posicionamiento anclado a la derecha del arco político.Siguiendo a Sarlo y Altamirano (1997) el horizonte ideológico del Centenario, si bien estaba aún ampliamente hegemonizado por el discurso liberal, comienza a tener una serie de fragmentaciones expresadas en algunos cuestionamientos al modelo que, iniciándose en Europa hacia fines del siglo XIX, plantean una "revisión de las certidumbres democráticas, racionalistas y progresistas". En este sentido queda configurada una disputa al interior de los sectores dominantes entre dos tendencias opuestas y que al parecer empiezan a plantearse como irreconciliables, entre una postura que privilegia la continuidad de la hegemonía liberal o incluso la profundización reformista de la misma; frente a la que directamente rechaza lo alcanzado en términos más conservadores y tradicionalistas, bregando por una regeneración telúrica de lo autóctono. En el aspecto ideológico estas dos propuestas tendrían sus expresiones concretas entre una tendencia caracterizada como "positivista" frente a una más eminentemente "nacionalista".De esta manera, el pensamiento signado por la preocupación nacional, puede distinguirse entre al menos dos tipos diferenciados; uno caracterizado como patriotismo o nacionalismo de carácter cívico, unificador y asimilacioncita que tiene sus orígenes hacia fines del siglo XIX y una expresión importante en torno al centenario (Villavicencio, 2003); y otro que Fernando Devoto denominaría como un nacionalismo ideológico-político, aquel que haría implosión en la década del ´20 y que tomaría el poder político a nivel nacional tras el golpe militar de 1930. Éste último sería un claro ejemplo de un nacionalismo anclado en la derecha política antiliberal, con vocación unanimista e intolerante (Devoto, 2010: 159).Por lo tanto, hacía los años 1919/1921 puede situarse un quiebre a nivel nacional (Zanatta, 1996) y particularmente para el caso santafesino a partir del cambio y la diferencia de tácticas de sectores alineados a la Iglesia católica (Mauro, 2010); desde el paso de una actitud entre pasiva y conciliatoria a otra más activa y de choque, pudiendo incluso asumir una actitud intransigente (Martín, 2010: 134; Devoto, 2005: 173).Entonces, al menos hasta la década del ´20 puede percibirse una tensión entre dos tendencias que recorren el panorama intelectual y argumentativo nacional y que tienen una singular expresión en la ciudad de Rosario. Hasta aquellos años ambas tendencias pugnarían por tornarse hegemónicas, pero entretanto aceptarían una convivencia equilibrada. Pero, como veremos, lo que aparece durante la tercera década del siglo XX es la precipitación de este equilibrio con un peso específico hacia uno de los dos lados de la balanza. Produciéndose el quiebre definitivo de este tenso equilibrio y la diferenciación en la práctica entre sectores demarcados.