La cuarentena desigual

Abstract

La mayoría de nosotros desde nuestras casas, a veces diseñadas por arquitectxs, miramos por la ventana -real o televisiva- a otrxs como nosotrxs buscando reproducir la cotidianeidad, ahora dentro de nuestro espacio personal y relaciones más íntimas. Esa ventana es la analogía de la misma ventana por la que mirábamos cuando la cuarentena no existía, una ventana que abre y a la vez restringe qué queremos –o podemos– ver y que no. Entonces nos preguntamos ¿por qué abrirla un poco más ahora que resulta aún más fácil mantenerla entrecerrada y permanecer encapsulados en nuestras áreas de confort? Tal vez porque las diferencias sociales y espaciales, que siempre existieron, se vuelven ahora aún más insoportables e ingresan en muchas ventanas a pesar de sus buenos burletes. Esas razones que antes hacían mirar para otro lado y suscitaban ignorar parte de la realidad –o tal vez desconocerla–, son las que hoy hacen que esa realidad se presente ante nuestros ojos de manera más descarnada, más desigual.