Dependencia, crisis y sujetos sociales: Un ensayo sobre el neodesarrollismo en transición

Abstract

Esta crisis de largo aliento, iniciada con posterioridad a la crisis global de 2007/8, marca las dificultades que tiene la estrategia hegemónica neodesarrollista para superar sus barreras más imponentes. Es una crisis dentro del proyecto neodesarrollista y expresa la disputa por la orientación general del proyecto de acumulación de capital dentro del mismo. Esta crisis se manifiesta en la forma de estancamiento e inestabilidad económica, inflación y precarización generalizada de la vida y el trabajo. La magnitud y lo prolongado de la crisis da cuenta de que lo que está en juego es el destino del proceso de desarrollo en el país, quiénes serán los sujetos preponderantes en la nueva etapa y qué papel les tocará jugar. La aceleración de la reestructuración a partir de 2018 marca -a su vez- un tiempo de quiebre en favor de las fracciones dominantes que pretenden conducir la nueva etapa en ciernes. El tiempo que nos toca vivir se presenta simultáneamente como la consolidación de un patrón de acumulación capitalista dependiente surgido de las cenizas de la era neoliberal, y la configuración de un nuevo arco de relaciones sociales y sus actores principales. En este proceso, aún en disputa, las clases dominantes locales - transnacionalizadas- buscan forzar un patrón de acumulación de capital capaz de sortear (no resolver) los principales límites que se impone sobre el capitalismo vernáculo:la tendencia al sobre-endeudamiento externo, la desigualdad exacerbada en la distribución de la riqueza y el ingreso, y la transnacionalización extendida dela economía. En la práctica, ese salto adelante implica exacerbar el patrón extractivista del neodesarrollismo. Un nuevo "desarrollismo verde" que -suponen- podrá garantizar la permanencia de Argentina en el ciclo de reproducción ampliada del capital global que les permita sostener su dominio, sin transformaciones sustantivas en la estructura social. La contratacara y complemento de esa estrategia es la ampliación de una esquema de políticas sociales y laborales que garantizan la super - explotación de la fuerza laboral local en las condiciones socio políticas creadas por la crisis neoliberal y que todavía reverberan en el territorio . Esas políticas garantizan sostener magros ingresos mínimos para una fracción amplia de la población trabajadora y se presentan como una forma de "universalismo básico" que no evita la pauperización expandida pero previene que la precarización general de las condiciones de trabajo y de vida se traduzcan en desestabilización política. Del otro lado de estas intervenciones, miles de organizaciones sociales juegan un rol clave para a configurar un inestable equilibrio entre inclusión/paz social y precariedad/disrupción . En ese proceso, algunas de estas organizaciones se han constituido encadenas de transmisión del flujo de recursos y contención de la conflictividad. Esta breve caracterización supone una serie de hipótesis y desarrollos en torno a la naturaleza de la crisis actual, sus posibles derivas y los actores centrales del proceso. En lo que sigue de este ensayo, presentaremos algunas de esas previsiones. Lo que sigue son preguntas más que respuestas. Son tesis para aportar nuevos elementos a la caracterización del tiempo que nos toca.