La pampa errante: Un trayecto de desobediencias

Abstract

La protagonista de El Desperdicio (2007) de Matilde Sánchez sigue un itinerario conocido: abandona la casa de infancia ubicada en un pueblo bonaerense, cuya riqueza se asienta en la explotación del campo, y se instala en la capital. Antes de posicionarse como una destacada crítica literaria, Elena Arteche, cuyo padre se dedicaba a los oficios rurales, se obliga a evadirse de toda esa “destilería de bosta” (29). Una expresión en la que “bosta” no solo remite a los restos escatológicos del mundo ganadero sino también a lo que denomina “la clase bostera” (170), en evidente paráfrasis de la frase sarmientina “aristocracia con olor a bosta”. Pero, ante todo, esa expresión refiere a los estertores de una tradición literaria, donde Elena ubica las primeras novelas de la escritora argentina Sara Gallardo (1931-1988). Irse, dirá, para no volver nunca más al campo, como sí lo hizo, literariamente, Gallardo. A su pesar, Elena regresa a una pampa convertida en una planta aceitera, plagada de un ganado extraño al paisaje habitual, cuya explotación (la caza de liebres) no es rentable, y está ocupada por desperdicios humanos. Un campo, entonces, transformado por políticas neoliberales y nuevas formas agrarias de partición, distribución y explotación de la tierra y que consolida el ocaso de un imaginario pampeano que comienza, por establecer un origen conocido, con los viajeros europeos...