¿Límites de la representación?: Entre la autorización y la imaginación del poder soberano

Abstract

El concepto de representación tiene una doble valencia. Hace referencia tanto al proceso de autorización y legitimación del poder soberano como a los modos en los que nos figuramos dicho acto. Representar implica, entonces, actuar y hablar en nombre de otro del que se recibe una comisión o autorización, pero también imaginar la forma que adopta dicho acto. Dicho de otro modo, la representación alude al pacto político por el que se instituye la relación de representantes y representados, pero también al retrato del monarca o de la asamblea soberana que nos figuran (nos permiten visualizar) dicho acto. Estos dos sentidos del uso del concepto funcionan conjuntamente cuando la legitimación recurre a imágenes para establecer una guía pragmática de la estructura política. O, en sentido inverso, cuando las imágenes con las que se figuran a los representantes explicitan la concepción particular sobre el contenido y el límite de la autorización política que se les otorga.