Evento
Bioarqueología en contextos mortuorios dispersos: El caso de Ojo de Agua, Quebrada del Toro (Salta, Argentina)
Colaboradores:
Laguens, Andres Gustavo
; Bonnin, Mirta Isabel
; Marconetto, María Bernarda
; Silva Ferreira Da Costa, Thiago
Tipo del evento:
Congreso
Nombre del evento:
XX Congreso Nacional de Arqueología Argentina
Fecha del evento:
15/07/2019
Institución Organizadora:
Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades. Departamento de Antropología;
Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades. Museo de Antropología;
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Instituto de Antropología de Córdoba;
Título del Libro:
Libro de Resúmenes XX Congreso Nacional de Arqueología Argentina: 50 años de arqueologías
Editorial:
Universidad Nacional de Córdoba
ISBN:
978-950-33-1538-5
Idioma:
Español
Clasificación temática:
Resumen
La Quebrada del Toro (departamento Rosario de Lerma, Salta) ha sido investigada desde inicios del siglo XX, dando cuenta de la presencia de grupos de cazadores, pueblos preincaicos, del imperio incaico y del tránsito a lo largo del tiempo de arrieros que trasportaban e intercambiaban productos de diferentes regiones. Estas investigaciones localizaron sitios arqueológicos de diferentes dimensiones que funcionaron tanto como lugares de habitación como núcleos de producción de cultivos. La quebrada del Toro ocupa el sector centro-oeste de la provincia de Salta, interponiéndose entre las Sierras Subandinas al este y la Puna al oeste. Esta quebrada constituye una amplia depresión de rumbo noroeste-sudeste de 100 km de longitud aproximadamente y varias quebradas tributarias la atraviesan, volcando sus aguan durante los meses de lluvia en la época de verano. Desde el punto de vista geográfico, se vincula con la Quebrada de Humahuaca hacia el noreste, el valle de Lerma al este y sureste, el valle Calchaquí al oeste y la Puna en el sector noroeste (Vitry y Soria 2007). El sitio Ojo de Agua se ubica en la intersección de las quebradas del Toro y Chajra Huaico, sobre un cono aluvial alargado a 2900 msnm. De acuerdo a los fechados radiocarbónicos (Raffino 1972 y Soria et al. 2016), este asentamiento estuvo ocupado en el denominado período de Desarrollos Regionales (900-1430 dC). Respecto a la superficie total que ocupan las estructuras y la dispersión del material, el sitio tendría aproximadamente cuatro hectáreas (Raffino 1972) con un sector en la margen izquierda del Río Toro donde se concentran la mayor cantidad de estructuras (habitacionales, tumbas, recintos, senderos, entre otras). Es en este último sector donde se encuentra ubicado el contexto que se presenta en este trabajo. En el sector interpretado como área habitacional se observan estructuras de forma irregular y varios montículos de más de dos metros de altura conformados probablemente por la concentración de desechos, ya que en sus superficies se relevaron la mayor cantidad de materialidades (cerámica, lítico, huesos de fauna, entre otros). También se registraron senderos definidos como espacios de circulación que conectan diferentes sectores, sin presentar un orden o direccionalidad específicos, según lo relevado hasta el momento. En el sector más elevado del sitio ubicado al Este, se observan tres conjuntos diferentes de recintos, conformados por unidades de forma circular de diferente resolución arquitectónica. Los espacios hasta aquí mencionados no fueron excavados hasta nuestra intervención, aunque algunos muestran evidencia de ?huaqueo?. La estructura circular irregular de donde se rescataron los conjuntos óseos, denominada Tumba 8, se encuentra en el denominado Sector G, al este del sitio sobre una explanada. La misma, posee un doble muro y las rocas que lo componen se encuentran colocadas de manera vertical. Este contexto, junto a otros de diferentes diámetros conforma un espacio dedicado a la inhumación. La Tumba en cuestión, tiene cinco metros de diámetro en su sector más largo con orientación norte-sur y cuatro en el oeste-este. Para la excavación se dividió la estructura en cuatro cuadrantes y cercano a los denominados uno y cuatro se halló material en superficie disperso, consecuencia de la perturbación efectuada por los saqueadores. La estratigrafía se compone de un pequeño nivel eólico de no más de cinco centímetros, a continuación un sedimento conformado por pequeños cantos rodados que definen un estrato de aproximadamente cuatro centímetros y finalmente, un estrato de veinte centímetros compuesto por material cultural y sedimento blando y arenoso, aunque en algunos sectores muy compactados. A los treinta centímetros de profundidad se define una superficie estéril y la roca madre. Además de los huesos humanos, hallamos materiales depositados a manera de ofrenda la cual se compone de cerámica decorada y sin decorar, puntas de proyectil, cestería, calabazas, maderas y esqueletos de camélidos entre los más relevantes. En cuanto a la disposición espacial de los materiales en la tumba, los restos óseos humanos se encontraban ubicados en los cuadrantes tres y cuatro y casi la totalidad de las ofrendas en el uno y dos. En el presente trabajo colocamos el foco en los análisis bioarqueológicos y de comportamiento mortuorio, tomando en consideración el conjunto de restos óseos humanos recuperados en el contexto mortuorio recién descripto. El mismo se define como área de entierro en el cual los restos humanos no están en conexión anatómica, hallándose mezclados con diversos objetos que componían el acompañamiento mortuorio. Ante este escenario se plantea la posibilidad de que los restos hayan sido enterrados originalmente en otro espacio y que luego los cuerpos hayan sido removidos y redepositados. El objetivo central de la investigación consistió en identificar el perfil biológico de los individuos a través de la estimación de edad y determinación de sexo y analizar su estado de salud y estilo de vida a partir de la identificación de una serie de indicadores de estrés nutricional/ metabólico, dieta, infecciones, traumas y estrés funcional. La posibilidad de combinar las osteobiografías y los análisis poblacionales está condicionada por las características de las muestras, lo cual en este caso implica el tratamiento de los restos óseos como osarios ya que no hay conexión anatómica de los esqueletos debido al tratamiento dado a los difuntos en el momento de su depositación definitiva. El análisis preliminar da cuenta de la representación de individuos de diferentes edades, registrándose al menos tres adultos, dos juveniles y dos infantiles. De entre los indicadores bioarqueológicos, se hallaron evidencias de caries, pronunciado desgaste dental, procesos infecciosos (periostitis), enfermedades degenerativas y traumas. Aún pendientes se encuentran los análisis de isótopos de estroncio y los estudios genéticos que permitirán evaluar relaciones de parentesco entre los individuos inhumados de forma dispersa en la denominada Tumba 8. El resultado del análisis bioarqueológico resulta fundamental para la comprensión del comportamiento mortuorio en este tipo de espacios de entierro en los cuales no hay un patrón claramente establecido de depositación de los cuerpos de los difuntos. De esta manera la bioarqueología social se propone superar los modelos ecológicos que subsumen las manifestaciones culturales a epifenómenos de la adaptación, para ponderar la importancia de las lógicas socioculturales de cada pueblo en la creación y recreación de su modo de vida a través de sus prácticas cotidianas y sus rituales, entre ellos, los funerarios.
Palabras clave:
Quebrada del Toro
,
Entierros dispersos
,
Perfil biológico
,
Modos de vida
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Citación
Bioarqueología en contextos mortuorios dispersos: El caso de Ojo de Agua, Quebrada del Toro (Salta, Argentina); XX Congreso Nacional de Arqueología Argentina; Ciudad de Córdoba; Argentina; 2019; 1249-1250
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