Bazin cineasta

Abstract

En la tradición de Cahiers du Cinéma, los críticos devienen directores. O, en todo caso, los directores hacen sus primeras armas en la crítica. Como si hubiera ahí un rito iniciático: antes de fabricar imágenes hay que conocer la Historia del cine, hay que entender el lenguaje de los films, hay que aprender una moral sobre cómo se mira. Resulta significativo, sin embargo, que los dos directores fundamentales de la revista no hayan pasado del otro lado de la cámara y hayan permanecido de este lado de la pantalla: tanto Bazin como Daney (el primer gran crítico moderno y el último), ensayaron proyectos de películas pero decidieron no avanzar por ese camino ¿Acaso se avergonzaron de sus films? ¿Acaso descubrieron que carecían de talento para convertirse en cineastas? ¿O acaso fueron acosados por una excesiva autocrítica y les faltó perseverancia, confianza, deseo? Lo cierto es que ambos mantuvieron con la realización un vínculo amateur o clandestino. Pero en cualquier caso, esos films invisibles o inexistentes permanecen como un negativo (en el sentido fotográfico) en su escritura crítica. No nos es dado saber si Bazin y Daney podrían haberse dedicado a la realización de películas. Pero lo que es seguro es que hablan la misma lengua que los cineastas.