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Junto con las nuevas condiciones financieras internacionales impuestas por la globalización durante las últimas décadas del siglo XX, también crecieron la inestabilidad económica, el desempleo, la pobreza y la exclusión social. Un dato no menor es que, a pesar de la crisis internacional, los factores estructurales que hicieron posibles las políticas neoliberales y sus efectos continúan vigentes. Ahora bien, ¿en qué medida esta tesis se confirma incluso bajo el nuevo escenario político, económico y social vigente en América Latina partir del siglo XXI? Este escenario, a diferencia de las décadas pasadas, presenta en la mayor parte de los países un sector externo favorable, un marco de mayor intervención estatal, altas tasas de inversión, crecimiento y consumo, así como equilibrio fiscal y mayor gasto social; todo lo cual ha generado una recuperación del empleo y una caída de la pobreza y de la desigualdad distributiva. Sin embargo, a pesar de todo, es posible que la esperada ?convergencia? sea sólo una ilusión y la ?desigualdad estructural? no esté cediendo terreno. La hipótesis que guía este trabajo planta que el crecimiento económico bajo condiciones de heterogeneidad estructural de la estructura económica-ocupacional no ha logrado aminorar las desigualdades estructurales preexistentes. En este marco, cabe preguntarse para el caso argentino: ¿en qué medida la evidencia empírica da cuenta de un proceso de genuino desarrollo? ¿Es suficiente un giro en las políticas macroeconómicas y en las políticas sociales para superar la heterogeneidad productiva, la segmentación laboral y la desigual distribución del ingreso y, en ese contexto, incluir a los excedentes de población en un proceso de modernización? Para atender estos interrogantes, el objetivo principal de este trabajo es descifrar el modo en que un eventual comportamiento dispar de determinados agregados económico-ocupacionales afectó la distribución de los ingresos generados en el mercado de trabajo durante la historia económica reciente de nuestro país. Para ello se retoma en este trabajo la vieja tesis cepalina de la ?heterogeneidad estructural?, la cual -más allá de algunas diferencias de interpretación- sigue siendo considerada por la CEPAL como una barrera para el desarrollo (CEPAL, 2010, 2012; Infante 2011). En este trabajo se aplica un modelo de descomposición del coeficiente de Gini con el objetivo de distinguir la importancia relativa de los distintos sectores económicos y categorías ocupacionales en el nivel de la desigualdad de los ingresos. En este artículo se describe el papel que tuvieron las distintas formas de inserción sectorial como factores explicativos de los cambios observados en términos de equidad. De esta manera, el seguimiento a lo largo de las últimas dos décadas de esta relación permite elaborar una imagen más acabada del tipo de evolución que ha seguido el sendero de convergencia en tres momentos relevantes: el período de reformas neoliberales (1992-2001), la etapa de crisis y salida del modelo de convertibilidad (2001-2003) y, por último, la fase de crecimiento post-devaluación a través de políticas heterodoxas (2003-2010). La evidencia empírica se apoya en los micro datos de las bases de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC -correspondiente sólo al Gran Buenos Aires-, para una serie amplia de años seleccionados durante el período 1992-2010. Los ejercicios de descomposición del coeficiente de Gini de ingresos familiares se realizaron a partir de procesar las bases de hogares con información sobre la fuente de origen de los ingresos mensuales de los perceptores laborales. En lo que respecta al tratamiento de los ingresos no declarados, se adoptó la decisión de estimar los mismos a través de modelos generalizados de regresión multivariados por perceptor laboral y fuente de ingreso. This research aims to examine in what extent a possible different behavior of certain sectors and occupational categories would have affected the distribution of labor income in Argentina during the last two decades. The hypothesis that guides this article states that economic growth under heterogeneity conditions of the economic-occupational structure would never reduce social inequalities, as predicted by the Trickle-Down theory and some Neo-Keynesian approaches. To work with this hypothesis, it has been developed a decomposition technique based on the Gini coefficient to discern the relative importance of various economic sectors and occupational categories in determining income inequality level. This paper describes the role of different occupational sectors as explanatory factors for the observed changes in terms of equity. The paper will show empirical evidence on changes in the sectoral distribution of jobs and labor income inequality during periods of dissimilar macroeconomic rules: 1992-2001, 2001-2003 y 2003-2010. This information has been extracted from databases of the Permanent Household Survey (Encuesta Permanente de Hogares, EPH-INDEC) for a year’s selection of the 1992-2010 periods.
Heterogeneidad estructural y distribución de los ingresos familiares en el Gran Buenos Aires (1992-2010)
Fecha de publicación:
03/2013
Editorial:
Instituto de Desarrollo Económico y Social
Revista:
Desarrollo Económico
ISSN:
0046-001X
Idioma:
Español
Tipo de recurso:
Artículo publicado
Clasificación temática:
Resumen
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Citación
Salvia, Hector Agustin; Vera, Julieta; Heterogeneidad estructural y distribución de los ingresos familiares en el Gran Buenos Aires (1992-2010); Instituto de Desarrollo Económico y Social; Desarrollo Económico; 52; 208; 3-2013; 427-462
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