Paisajes y sociedades: Una relación inseparable

Abstract

Los paisajes son espacios donde interactúan elementos físicos, biológicos y sociales, y resultan de una relación continua entre naturaleza y cultura. No son simples escenarios, sino territorios vividos que reflejan valores, prácticas e identidades. Aunque algunos rasgos parecen permanentes, los paisajes están en constante transformación debido a procesos naturales, decisiones políticas y actividades humanas. La propuesta de Milton Santos distingue entre “fijos” como elementos materiales e inmateriales que perduran y “flujos”, los movimientos que les dan sentido, lo que permite comprender permanencias e inequidades en el territorio. La cultura modela el entorno y, a la vez, es moldeada por él. Ejemplos como la restauración urbana en Medellín muestran cómo cambiar el paisaje puede mejorar el ambiente y la calidad de vida. Lo considerado “bello” no siempre coincide con la salud ecológica. Para analizar los cambios del paisaje, herramientas como la panarquía permiten entender ciclos de crecimiento, estabilidad, colapso y reorganización, mientras que los mapeos participativos valorizan el conocimiento local y las percepciones comunitarias. En conjunto, estos enfoques muestran que comprender el paisaje es un ejercicio colectivo que invita a reflexionar sobre qué territorios construimos y para quiénes.

Landscapes are spaces where physical, biological, and social elements interact, and they emerge from a continuous relationship between nature and culture. They are not simple backdrops but lived territories that reflect values, practices, and identities. Although some features may appear permanent, landscapes are in constant transformation due to natural processes, political decisions, and human activities. Milton Santos’ perspective distinguishes between “fixed elements,” both material and immaterial, that persist over time, and “flows,” the movements that give them meaning, allowing us to understand permanence and inequalities within a territory. Culture shapes the environment and is simultaneously shaped by it. Examples such as urban restoration in Medellín show how transforming the landscape can improve environmental conditions and quality of life. What is considered “beautiful” does not always align with ecological health. To analyze landscape change, tools like panarchy help explain cycles of growth, stability, collapse, and reorganization, while participatory mapping highlights local knowledge and community perceptions. Together, these approaches show that understanding landscapes is a collective endeavor that encourages us to reflect on which territories we build and for whom.