Artículo
La observación intuitiva de la naturaleza distingue entre seres vivos y no vivos. Los seres vivos presentan con frecuencia propiedades llamativas como el tropismo, la homeostasis, la autorreparación, la evolución, el autoensamblado o el metabolismo. Dependiendo de en qué propiedades nos enfocamos, se pone en cuestión una frontera dura entre lo vivo y lo no vivo. Por ejemplo, podemos observar metabolismo en sistemas de biomoléculas sin células vivas y también organismos muertos capaces de procesar fuentes no biológicas de energía. Los virus no están vivos pero evolucionan. Moléculas derivadas de seres vivos como la tela de araña presentan formas apreciables de memoria, autorreparación y autoensamblado. También conocemos sistemas no biológicos como una vela encendida o un recipiente con parafina y partículas de grafito, que al disipar energía dan lugar a estructuras dinámicas y complejas capaces de autorrepararse. En ocasiones, la práctica de la biología da cuenta de la dificultad de separar lo vivo y lo no vivo. Este es el caso del debate sobre si los virus son seres vivos, las definiciones amplias de vida usadas en astrobiología o las investigaciones sobre abiogénesis. Otras veces la biología se centra en ciertas propiedades de lo vivo a tal punto que deja de preguntar por otras o por el conjunto, tomando a algunos seres vivos como menos de lo que son. Parecería recomendable explorar metódicamente todas las propiedades relacionadas con lo vivo para todos los sistemas vivos. Dejar así que los sistemas nos muestren cuán vivos o no vivos están y que guíen nuestras preguntas. Intuitive observation of nature discriminates between living and non-living beings. Living beings often present striking properties such as tropism, homeostasis, self-repair, evolution, self-assembly or metabolism. Depending on which properties we focus on, a hard limit between life and non-life comes into question. For example, we can observe metabolism in biomolecular systems devoid of living cells, and dead organisms able to process non-biological sources of energy. Viruses are not alive, yet evolve. Molecules derived from living beings such as spider silk present considerable degrees of memory, self-repair and self-assembly. We also know energy-dissipating non-living systems such as a lit candle or a beaker with paraffin and graphite particles, that give rise to dynamic and complex structures capable of self-repair. Sometimes, the practice of biology accounts for the difficulty of discriminating the living from the non-living.That is the case of the debate on whether viruses are alive, inclusive definitions of life used in astrobiology or abiogenesis research. Some other times, biology focuses on certain properties of living matter, to a point that it stops making questions about other properties or the whole, thereby taking some living beings for less than they actually are. It would seem advisable to explore methodically all properties linked to life, for all living systems. To let systems show us how alive or non-alive they are, and to let them guide our questioning.
Sistemas vivos, semivivos y zombis
Título:
Living, half-alive and zombie systems
Fecha de publicación:
12/2024
Editorial:
Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Departamento de Química Biológica
Revista:
Química Viva
ISSN:
1666-7948
Idioma:
Español
Tipo de recurso:
Artículo publicado
Clasificación temática:
Resumen
Palabras clave:
VIDA
,
SISTEMAS DISIPATIVOS
,
REDUCCIONISMO
,
MATERIALISMO
,
VITALISMO
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Articulos de INSTITUTO DE QUIMICA BIOLOGICA DE LA FACULTAD DE CS. EXACTAS Y NATURALES
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Citación
Couso, Luciana Laura; Rodriguez, Pablo Esteban; Sánchez Miguel, Ignacio Enrique; Sistemas vivos, semivivos y zombis; Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Departamento de Química Biológica; Química Viva; 23; 3; 12-2024; 1-11
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