En dictadura como en democracia: El juvenicidio como práctica del Estado argentino

Abstract

Este ensayo se propone analizar el accionar de las fuerzas represivas del Estado argentino sobre grupos particularizados de personas jóvenes, intentando una somera mirada en clave histórica. Para ello se propone el siguiente argumento central: los asesinatos de jóvenes a manos de agencias de seguridad estatales no han cesado desde el retorno a la democracia, lo cual nos ubica frente a la interrogación por la continuidad de prácticas propias de la dictadura cívico-militar-eclesiástica-empresarial (en adelante, la dictadura) responsable del golpe de Estado en marzo de 1976. La plataforma conceptual desde la cual se desarrollará este trabajo será la que habilita el "juvenicidio" , que designa un conjunto de procesos por los cuales el Estado arrebata la vida a determinados grupos de personas jóvenes, de manera masiva, sistemática y violenta y que, en consecuencia, pueden encuadrarse como exterminio (Valenzuela, 2019). El juvenicidio se constituye en un operador epistémico de referencia toda vez que se intenta pensar esas muertes desde la clave de las relaciones estructurales de opresión, bajo la responsabilidad estatal. Cuando hablamos de juvenicidio, estamos aludiendo tanto a las acciones estatales que sustraen la vida biológica, así como también a las formas de precarización económica, social y cultural de las existencias juveniles (Reguillo, 2015; Valenzuela, 2022). Este ensayo focaliza en la primera modalidad de juvenicidio, al que en otro lugar he denominado como "juvenicidio letal" (Bonvillani, en prensa), expresión que aunque aparenta redundancia busca enfatizar en el desenlace potencial de estos procesos de violencia. Otra aparente paradoja derivada también de la estricta etimología del término es que la condición juvenil no es la única que determina ser víctima de juvenicidio. Desde una perspectiva interseccional, sostenemos que los grupos juveniles objetos de exterminio estatal se configuran a partir de modulaciones entre la categoría de edad y otros marcajes de identidad que, a su vez, mutan históricamente (Bonvillani, 2022). Esta afirmación permitirá desarrollar el segundo argumento del ensayo: las víctimas prevalecientes del juvenicidio en Argentina han variado históricamente. Si en la última dictadura se trató de manera particular de militantes de organizaciones políticas revolucionarias y sociales, en democracia el foco de la persecución recae sobre jóvenes de sectores populares sindicados como únicos responsables de la inseguridad. Todo lo cual permite retomar la ya enunciada hipótesis central del trabajo, así como reafirmar que se trata de una deuda pendiente para la comunidad política argentina.