Augusto Salazar Bondy: de la realización del ser a la liberación del hombre

Abstract

La producción filosófica de Augusto Salazar Bondy (Lima, 1925-1974) constituye una reorganización crítica de los saberes y las prácticas de su época, en la que se plasman rasgos característicos del pensamiento latinoamericano: afirmación de la subjetividad, orientación axiológica de la acción desde un humanismo integrador de la dicotomía teoría/praxis, rescate de la propia experiencia histórica y cultural, búsqueda de una síntesis real superadora de las relaciones de dominación, afirmación del futuro como dimensión abierta a nuevas posibilidades de objetivación, concepción auroral de la filosofía. Con el propósito de introducir un criterio ordenador de su obra, consideramos pertinente señalar tres momentos en la evolución del pensamiento salazariano. El primero comprende los escritos producidos hasta 1965, en los que predomina un punto de vista fenomenológico-ontologista en lo que respecta al tratamiento de cuestiones antropológicas, axiológicas y educativas. De acuerdo con esa perspectiva, tanto la concepción del hombre como la caracterización de los valores se encuentran vinculadas a la realización del ser, es decir que cuando el hombre realiza aquello que es propio de su naturaleza, realiza al mismo tiempo un bien. La segunda etapa se extiende hasta 1968 aproximadamente. Los escritos de esta época, en su mayoría dedicados al tema de los valores, se caracterizan por la utilización de la metodología analítica con el propósito de abrir nuevas formas de comprensión en los estudios axiológicos. El análisis del lenguaje valorativo permite superar las falencias del ontologismo y del subjetivismo y comprender que los valores son categorías orientadoras del obrar. El último período comprende los escritos producidos a partir de 1968 y puede caracterizase por una nueva mirada sobre el hombre, los valores, la educación y la propia actividad filosófica; mirada que surge como resultado de haber asumido tanto los problemas de la dependencia y la alienación, como la necesidad de impulsar una praxis filosófico-política liberadora. Una filosofía auténtica es la que se hace cargo de los problemas de la alienación y la dependencia y convoca a buscar alternativas superadoras de la dominación.