Genocide in Latin America, 1950–2000

Abstract

El capítulo analiza los distintos casos de violencia masiva estatal en el subcontinente latinoamericano durante la segunda mitad del siglo XX. Presenta una propuesta original de periodización de las modalidades que asumió dicha violencia. Dicha periodización toma en cuenta aspectos como el tipo de regímenes de gobierno implementados en cada país para el desarrollo de la violencia masiva estatal, la magnitud e intensidad de dicha violencia masiva estatal, las técnicas implementadas ( desaparición forzada, masacres, difusión del terror, etc.), la caracterización de los dispositivos implicados (centros clandestinos de detención, etc.) y su desarrollo en la esfera clandestina o legal, las consecuencias políticas, sociales y económicas de la violencia masiva estatal y la existencia y tipo de procesos de juzgamiento desarrollado con posterioridad.Principalmente, se busca articular una comprensión global de los procesos en su conjunto que al momento es inexistente. Discute así con aquellas miradas parcializadas de los trabajos académicos existentes centrados en casos específicos (cada país) o en subregiones (América Central, el Cono Sur o el Caribe) y permite comprender la magnitud de la destrucción en su conjunto. En ese sentido, se afirma que conceptos como el de genocidio o “práctica social genocida” permiten visibilizar y analizar dicho carácter global así como las lógicas de intencionalidad de la destrucción y sus efectos en la transformación de las sociedades de la región.

Massive state violence in Latin America reached its peak in the twentieth century during the cold war under the National Security Doctrine (NSD). This doctrine provided an ideological justification for dictatorships in the region in the 1960s and 1970s, and even influenced regimes in countries where there was no breakdown of democracy, such as Colombia, Venezuela and Mexico. The NSD identified a new type of enemy – the ‘internal enemy’; a new form of warfare – the counter-insurgency campaign; and a new role for the armed forces – controlling the domestic population.