Apuntes para una crítica al modelo secuencial de las políticas públicas

Abstract

En este trabajo nos proponemos colocar elementos iniciales para una crítica al modelo secuencial de análisis de las políticas públicas, el que se forjó al calor de manuales de estudio que se volvieron clásicos en la materia [Jones, 1970; Anderson, 1975; Meny y Thoening, 1989; Aguilar Villanueva, 1992; Subirats, 1992; Parsons, 1995]. Este modelo, que articuló sus principales bases cinco décadas atrás, continúa matrizando programas de estudios de grado y posgrado sobre políticas públicas. Aunque, tal vez, la vitalidad que demuestra en la formación de grado y posgrado sea menor en el campo de la investigación de las políticas públicas. En efecto, son poco usuales los trabajos organizados puramente alrededor del modelo, más bien lo que encontramos es su utilización mixturada con otras matrices teórico-metodológicas. Esto, como veremos más adelante, está ligado a debilidades intrínsecas del modelo. No obstante, más allá de su aplicación en dosis más o menos concentradas en el ámbito de la formación o de la investigación académica, el modelo pervive como elemento activo en la configuración del sentido común presente en el debate sobre las políticas públicas, investido además por el sacrosanto halo de la tradición.