El primer papa latinoamericano y los católicos en Argentina

Abstract

La figura del papa aparece dotadade una fuerza centrípeta relacionada con la articulación del carisma de función o de posición y el carisma personal. No se trata del crecimiento, en términos numéricos, del catolicismo en Argentina, fenómeno que no por mediáticamente enunciado debe ser validado: no es que "viene más gente", sino que la novedad y la fuerza del ícono dan renovadas energías a quienes ya se relacionaban de alguna manera con el catolicismo (personas, grupos, instituciones). El catolicismo argentino del siglo XXI, parte de la sociedad de su época, no escapa, no puede escapar, a la lógica de su tiempo, y la elección de Bergoglio como Papa lo proyecta a una escala de liderazgo mundial que trasciende los límites del catolicismo. Pero así como forma parte del entusiasmo generalizado, no puede sustraerse del reacomodamiento de las percepciones y los encuadres de la sociedad contemporánea, en el que el consumo, el trabajo, el mercado, los medios organizan la vida cotidiana de las personas más que las instituciones eclesiásticas.