“Lo que es y lo que nunca sería”: La corroboración, la refutación y la construcción del conocimiento en ecología

Abstract

El refutacionismo surgió como una alternativa a los problemas de la inducción como método en el contexto de justificación. Y trajo consigo, asociado, un nuevo principio de demarcación para la ciencia: las teorías científicas, para ser genuinamente científicas, deben ser refutables. Así, el de refutabilidad pasó a ser el criterio principal (¿único?) de cientificidad. Pero el mismo refutacionismo resultó enseguida permeable a varios cuestionamientos, que derivaron hacia versiones sofisticadas del método. ¿En qué medida se ha modificado aquel principio de demarcación a la luz de esta sofisticación? Si ninguna afirmación se puede refutar de manera inequívoca, ¿podemos pretender que la refutabilidad sea el criterio universal de buena ciencia? En Ecología estas preguntas toman una dimensión trascendente como consecuencia de las características propias de la disciplina. Cimentada en la teoría de evolución por selección natural, se enfrenta a falibilidad, contingencia, variabilidad y multicausalidad. Estas características la hacen vulnerable a las críticas de aquellos que piensan que solo existe un método único, uniforme e interdisciplinario de hacer ciencia y que la refutabilidad es la única “guía” en tal proceso. Sin embargo, la epistemología actual indica que tal pretensión es injustificada e insostenible.