Cine educativo, infancia y formación de sensibilidades: La producción fílmica estatal peronista de “Cine Escuela Argentino” (1948-1955)

Abstract

El Estado argentino jugó un importante papel en la primera mitad del siglo XX en la introducción de material cinematográfico en el debate educativo (Serra, 2011), pero fue recién con la llegada de Juan Domingo Perón en 1946 que se sistematizaron y multiplicaron las producciones de cine educativo de factura estatal. En efecto, el Estado se torna autor y productor especialmente con la creación del programa “Cine Escuela Argentino”, un proyecto que se inicia en 1948 auspiciado por la Secretaría de Educación nacional con el objeto de realizar material fílmico para que sean exhibidos en los establecimientos educativos oficiales y en otras instituciones públicas, como hospitales, organismos de gobierno o sindicatos.El primer gobierno de Perón buscaba promover “el empleo del cinematógrafo como auxiliar didáctico destinado a completar la labor educadora y cultural, principalmente en lo que atañe a exaltar los sentimientos de la nacionalidad, con el ejemplo heroico de los próceres, la moral cristiana y los múltiples deberes civiles, grandes y pequeños” (Museo del Cine, 2016). Estos objetivos condensan los principios que el peronismo otorgó al cine educativo, y que reafirmó especialmente desde 1952 cuando se explicita el uso pedagógico del cine como “auxiliar de la enseñanza”, tal como se decreta en el Segundo Plan Quinquenal (Galak y Orbuch, 2017): la transmisión de modos correctos de hacer con la idea de proyectar modos correctos de ser.Las producciones fílmicas que llevaron el sello de Cine Escuela Argentino superan el centenar. Por las escasas políticas de conservación archivística en Argentina, no todas son accesibles para la visualización; sin embargo, de entre las que están disponibles, es posible seleccionar un pequeño conjunto que permiten dar cuenta de su particular forma de articular la educación con el cine (Galak y Serra, 2019). A la vez, permiten revisar, desde otro lugar, las conjeturas acerca de la existencia de una estética cinemagtográfica propia del peronismo. Proponemos para este escrito analizar tres de ellas, en las cuales la educación y la infancia se cruzan para interpelar las sensibilidades de los y las potenciales espectadores: Extraño manjar, Vacaciones útiles y Pobre de mí!.Para abordarlas planteamos algunos interrogantes específicos: ¿en qué medida son materiales que pueden ser pensados como cine educativo o como cine escolar? ¿Qué estructura didáctica narrativa presentan? ¿Qué particular mirada plasmó el peronismo en ellos? La figura del Estado como autor, y especialmente de la cartera ministerial de Educación, ¿puede ser vista como parte de intervenciones geopolíticas específicas, donde el cine constituiría una potencial herramienta de producción de identidades colectivas?