Capítulo de Libro
La igualdad política rawlsiana y la crítica del poder
Título del libro: Actualidad de John Rawls en el siglo XXI
Fecha de publicación:
2022
Editorial:
Comares
ISBN:
978-84-1369-357-6
Idioma:
Español
Clasificación temática:
Resumen
No es controvertido afirmar que Teoría de la Justicia (TJ) no es un texto ni sobre la justificación de la democracia ni sobre cómo evaluar su funcionamiento cotidiano; más bien, es el espacio donde un conjunto amplísimo de académicos y científicos sociales hallaron respuestas acerca de cómo diseñar instituciones sociales justas. Sin embargo, como ha destacado y desarrollado Joshua Cohen (2002), el mismo prefacio de la versión original de TJ ya contenía una referencia a la democracia que es digna de ser considerada: "la concepción de justicia como equidad constituye la base moral más apropiada para una sociedad democrática" (Rawls, 1971: xviii). En la versión revisada de TJ, esta referencia a la democracia era expandida y clarificada, "Mi esperanza es que la justicia como equidad aparezca como razonable y útil, si no completamente convincente, para un amplio espectro de opiniones políticas reflexivas y exprese, de este modo, una parte esencial del núcleo común de la tradición democrática?" (Rawls, 1999: xi). Si bien estas citas apelan más a cierta idea tocquevilleana de un ethos democrático, es claro que ellas sugieren que los principios de justicia que se obtienen a partir del mecanismo de la posición original deben garantizar un grado significativo de participación política de los individuos,así como las condiciones para que se reconozcan recíprocamente como "democráticamente iguales" (Rawls, 1971: 75, 106). A pesar de estos objetivos explícitos, una crítica recurrente hacia TJ es que su carácter idealizado le impide reconocer las diversas manifestaciones y relaciones de poder que, o bien configuran esa propia idealización (Mills, 1997; Pateman, 1988), o bien determinan la distancia entre lo que los individuos deberían hacer y lo que finalmente hacen (O'Neill, 1996; Schwartzman, 2013; Sen, 2010). La teoría rawlsiana no podría,en realidad, cumplir sus promesas democráticas ni garantizar esa participación política significativa, ya que sería ciega y muda frente al poder: no podría reconocer esas expresiones de poder que limitan sus objetivos democráticos y, dado esto, no tendría recursos críticos para hacerle frente. Una de las razones por las que esta crítica sigue teniendo tal popularidad es la multivocidad del propio concepto de poder. Éste no sólo es inherentemente disputable, según la caracterización de Steven Lukes (2005),sino que además posee una multiplicidad de capas de significado y aplicación,desde las prácticas de microrresistencia, la capacidad para actuar conjuntamente, su carácter productivo hasta los conflictos competitivos, las estrategias pragmáticas para vencer las resistencias ocasionales y los fenómenos de auto-opresión . De esta forma, para que la crítica sea analizable es necesario especificarla y delimitarla. En este capítulo, tomaré como punto de partida la distinción central de Lukes (2005: 25-28) entre las manifestaciones del poder observables y las no observables; mientras que las primeras pueden registrarse en conflictos políticos, son competitivas e implican presiones recíprocas para que el otro competidor acepte (o haga) algo que no haría en otra situación, las segundas se registran a un nivel estructural no competitivo, en tanto obstáculos internos impuestos externamente como, por ejemplo, la internalización de ideologías, valores y comportamientos dominantes que, obviamente, limitan la variedad de problemas y razones a discutir. Como mostraré aquí, la teoría rawlsiana no es "ciega" frente a esta última dimensión insidiosa del poder, ya que posee elementos diversos para identificarlos y evaluarlos críticamente. No obstante, sí es "muda" frente a ellos, es decir, que no puede guiar adecuadamente la acción necesaria para reducirlos; los mecanismos destinados a salvar la distancia entre los requerimientos de una teoría de justicia ideal y un contexto cargado de instancias penetrantes de poder terminarían simplificando la complejidad de tales contextos, sin tomar en cuenta cómo el propio poder configura los límites, las oportunidades y las creencias de los ciudadanos fácticamente situados en ellos. El capítulo está estructurado del siguiente modo. En la primera sección, reconstruiré la discusión que llevó a Rawls a incluir, luego de TJ, una cláusula del valor equitativo (CVE) válida solamente para las libertades políticas, que aseguraría que el sistema político esté protegido dela invasión por parte del poder económico. Tal reconstrucción mostrará que Rawls sólo considera la dimensión observable del poder, ya que esa cláusula únicamente impone restricciones externas a los conflictos entre elites políticas (1). En la segunda sección, se reconstruirá una justificación más sofisticada de la CVE (basada en el interés regulativo en desarrollar un sentido de la justicia), y se la enfrentará con la crítica de su "ceguera" y "mudez" a la dimensión no observable del poder. (2). Como mostraré, esta justificación permite a la teoría rawlsiana identificar tal dimensión del poder y ofrecer así algunos parámetros de crítica (2.1). Sin embargo, dado su origen en distintas idealizaciones metodológicas, incluso esta justificación más sofisticada será incapaz de salvar la distancia entre los contextos más o menos ideales y los contextos atravesados por estas formas de poder (2.2).
Palabras clave:
RAWLS
,
OPRESIÓN
,
TEORÍAS NO-IDEALES
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Citación
Garcia Valverde, Facundo; La igualdad política rawlsiana y la crítica del poder; Comares; 2022; 127-142
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