Oscuminar: entre la hiancia y el juego

Abstract

No es en la oposición que da inicio al Manifiesto entre el “acto de iluminar” y el “estado de oscuridad” donde se revela aquello que parece aludir el vocablo “oscuminar”; tampoco es en la novedad que implica la enunciación de esta palabra nueva. En cierta medida, el Manifiesto no sigue a Friedrich Nietzsche en su conocida máxima de La gaya ciencia cuando indica que las cosas nuevas requieren de vocablos nuevos. Es que la originalidad sintáctica de “oscuminar” no descubre, no saca algo recóndito, no inventa nada, no recuerda lo olvidado y, sin embargo, propone algo: la tarea de enhebrar, nuevamente, ciertos sentidos.