Contribuciones de la neurociencia cognitiva al diseño de políticas científicas y sociales para niños en situación de pobreza

Abstract

Los procesos de globalización y sus demandas de competitividad incrementan en forma continua las presiones educativas y laborales, así como las demandas familiares en el cuidado de niños y ancianos. En países con mayor incidencia de pobreza, ello incrementa la probabilidad de que diferentes factores de riesgo a nivel de la salud física y del desarrollo social, cognitivo y afectivo, impacten sobre el estado de bienestar y el capital mental de sus poblaciones. Un aspecto crítico para las políticas sociales y científicas es que dado que la pobreza tiende a replicarse de forma intergeneracional, parte de lo que se transmite de padres a hijos son carencias en la estimulación cognitiva y emocional. La implicancia directa de ello es que tales comunidades van perdiendo su capital mental y la fuerza impulsora de su desarrollo social. En este complejo panorama social y político, la investigación científica necesariamente debe involucrarse y asumir un rol comprometido. Durante la última década la Neurociencia Cognitiva generó un cuerpo de información que propone contribuir al desarrollo de estrategias de intervención orientadas a mejorar las oportunidades de desarrollo del capital mental de aquellas poblaciones en condiciones de riesgo social.

Globalization processes and their demands of competitiveness increase the educational and labor pressures, and family demands in the care of children and old people as well. In countries with more incidence of poverty, this increases the probability that different risk factors for physical, cognitive, emotional and social development, impact on the well-being status and the mental capital of their populations. A critical aspect for policymakers and scientists is that since poverty tends to be replied in an intergenerational way, a portion of what is transmitted from parents to children is the lack of cognitive and emotional stimulation. A direct implication is that such communities are at risk of losing their mental capital and the potentiality of their social development. In this complex social and political panorama, scientific research should necessarily be involved and assume a committed role. During the last decade Cognitive Neuroscience had generated a body of information that intends to contribute to the development of intervention strategies aimed at improving the opportunities of development of the mental capital of those populations under conditions of social vulnerability.