La Nelly en los bordes del desborde

Abstract

La Nelly no es un personaje de historieta humorística. Es esa señora que cruzamos a diario en la vereda o en la tienda y a la que como sector progresista y educado de la argentina porteña, llamamos sin dar rodeos “la típica vieja reaccionaria”. Y sin embargo, la creación se resiste una y otra vez a su encasillamiento esencialista y semántico para exponer una moralidad estética y narrativa díficil de procesar. Opuesta al esquematismo de la tira costumbrista y sin conflicto de las primeras décadas del siglo veinte en La Nelly hay un recomienzo permanente, eso que a sus lectores nos dificulta el aprendizaje sentimental y la tranquilidad de transitar un terreno ya conocido. No hay golpe de efecto paródico ni facilidad humorística que anticipe una trama económica y previsible. Tanto desde su dimensión gráfica como narrativa, la propuesta nos exige ejercitar deliberadamente la consciencia social y la mirada políticamente, incorrecta. En cada entrega, asistimos a la rutina de un personaje inefable publicado en un diario que educó a su lectorado en los valores de un sistema en decadencia. Ella viene a representar, entonces, el revés de esa política en crisis. Investida por esa condición de sujeto múltiple y fragmentario, su pensamiento está atravesado por las condiciones posmodernas de una subjetivación frustrada y crítica.