La política social no contributiva en la era Cambiemos

Abstract

El trabajo asalariado fue protagonista del aseguramiento estatal en Argentina, desde mediados del siglo XX, con la consolidación de los esquemas contributivos de bienestar (LO VUOLO Y BARBEITO, 1998). Ese modelo “trabajo céntrico” (ARCIDIÁCONO, 2012) se tensiona y pierde capacidad de cobertura en contextos donde el mercado de trabajo se encuentra atravesado por desempleo, precarización o se estabiliza con altos niveles de informalidad que superan el 30% aún en contextos económicos favorables o de recuperación del mercado de trabajo (como el período 2003-2007). En torno a la pregunta de cómo sostener ingresos de los sectores débilmente integrados al mercado de trabajo formal han surgido diversas intervenciones que transfirieron ingresos a las familias con hijos. Uno de los hitos en Argentina fue en 2002 el Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados que cubrió casi 2 millones de personas, luego derivado en el Programa Familias por Inclusión Social con aproximadamente 500.000 destinatarias y representa un típico programa de transferencias condicionadas de ingresos como los demás existentes en la región.