Mario A. Bunge y Miguel E. Jörg: encuentro de dos gigantes intelectuales en la ciudad de Mar del Plata, Argentina

Abstract

Cuando el profesor Antonio Martino me invitó a que escribiera sobre el prof. Mario Bunge con motivo de la celebración de sus jóvenes cien años, un siglo o diez décadas, como gusten denominar, accedí rápidamente con la satisfacción de homenajear nuevamente a este gigante argentino. Como deseo no me gustaría repetirme, me lo autoimpongo como una señal de respeto a la figura de Mario. Haber conocido y tener la amistad de Mario Bunge es uno de los privilegios que siempre he destacado como lo más importante que me ha sucedido en la vida y desde que lo conozco personalmente en el año 1986 no ha dejado de impresionarme su inteligencia, su bondad y sobre todo su hombría de bien. ¿Por qué quiero hablar del encuentro de estos dos sabios de la cultura y la inteligencia en la ciudad de Mar del Plata, en el mes de mayo del año 2000? La respuesta es que siempre tuve pendiente dejar por escrito lo sucedido y las circunstancias que rodearon el encuentro de dos argentinos ilustres que fueron prácticamente testigos de todo el siglo veinte. Sin presumir, debo decir que fui el artífice de este encuentro, primero para que se conocieran en un bar céntrico de la ciudad de Mar del Plata y que luego derivó en una reunión inolvidable que denominamos “La ciencia en diálogo abierto: Encuentro Bunge-Jörg”, realizada el 11 de mayo del año 2000 en la Sala A del Centro Cultural Juan Martín de Pueyrredón, en la calle 25 de Mayo, intersección Catamarca de la ciudad. Aunque transcurrieron casi veinte años de aquel acontecimiento sigo sintiendo que fue una de las actividades culturales más importantes de la ciudad en muchos años y quiero que esa presencia de primera mano se vea reflejada en este escrito como testimonio de los recuerdos que aún conservo en la memoria. Una de las personas que más contribuyó entusiastamente a la difusión y apoyo institucional de todas las actividades desarrolladas por Mario durante esa semana en Mar del Plata fue el profesor Blas Aurelio Aprile (más conocido como Elio), en ese momento intendente municipal del Partido de Gral. Pueyrredón, que por su formación académica en el campo de la filosofía prodigaba una admiración profunda por Bunge. Lástima que hoy Aprile, poeta, ensayista y radical (1949-2012) no pueda leer este agradecimiento inmenso de la comunidad universitaria por la ayuda permanente y principalmente los elogios prodigados por Mario después de un par de encuentros y almuerzo mediante. Hoy revisando nostálgicamente algunos de los estantes de mi biblioteca encuentro uno de los libros del profesor Aprile, que Mario me dejó por no poder llevárselos a Canadá por falta de espacio y exceso de equipaje, sobre todo de libros regalados durante su permanencia en la Argentina y que cada viaje le costaba más transportar. El libro al que me estoy refiriendo y que leí en su momento con gran placer y en este último tiempo he vuelto a hojear es Urgencia y cenizas (1997) con una dedicatoria que dice: “A Mario Bunge, con admiración y respeto, en nombre del pensamiento, levadura del progreso”.