Una experiencia de sororidad en la universidad

Abstract

El 3 de junio de 2015 se ha vuelto la fecha inaugural de nuestra vivencia colectiva de una nueva ola feminista, nuestra marea violeta y verde. Un feliz azar quiso que meses antes, a fines de 2014 y en respuesta a la convocatoria del Programa de Redes de Trabajo Interdisciplinario del Centro Interdisciplinario de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, se presentara un proyecto para crear una red que reuniera a las personas de la comunidad académica interesadas en cuestiones de género. Su objetivo general era dar a los estudios de género un carácter interdisciplinario y situado específicamente en la realidad del conurbano bonaerense. Para ello, la convocatoria buscaba articular la visibilidad de las investigaciones y acciones relacionadas con la temática de género al interior de UNTREF y dialogar con otras universidades. Fue así que, luego de difundir varios meses la convocatoria específica, tuvimos en abril de 2015 nuestra primera reunión fundadora de la Red Interdisciplinaria de Estudios de Género (CIEA-UNTREF). La Red fue adquiriendo su forma en el proceso creativo de varios meses, en que se fueron incorporando compañeres de diversas disciplinas, áreas y claustros, y se consolidó a través de los proyectos y desafíos académicos compartidos. Ahora bien, el desarrollo de nuestra Red coincidió con el proceso histórico que se potencia en 2015. Por tanto, nuestra tarea universitaria se encontró directamente relacionada con nuestro involucramiento político, es decir, la organización de nuestra participación compartida en las movilizaciones que desde la primera marcha de Ni Una Menos se han realizado en nuestro país para luchar contra la violencia de género y la desigualdad sexogenérica en nuestra sociedad, los Paros Internacionales de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans y el devenir de la marea violeta en marea verde al reclamar masivamente desde 2018 el acceso al aborto legal, seguro y gratuito y lograr finalmente en 2020 la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Transcurridos cinco años de esta experiencia colectiva universitaria en UNTREF, me propongo identificar lo que considero ha sido un logro fundamental de este proceso: el desarrollo de un modo de relacionalidad que es, a la vez, un modo de trabajo académico y de ser activistas feministas en, desde y para la universidad. Este escrito busca poner en palabras mis reflexiones sobre esa relacionalidad que creamos juntas y que considero que resuena con vivencias y reflexiones de compañeras de otras universidades y de teóricas y activistas feministas de épocas anteriores.