Rituales del poder en Lima (1735-1828): de la monarquía a la república

Abstract

Numerosos autores han demostrado que el sentido de los rituales oficiales está orientado, ayer y hoy, a dotar de identidad a una comunidad política así como también bañar de legitimidad a sus gobernantes. Partiendo de esa premisa, este libro analiza los usos y diferentes sentidos a la vez que los cambios y continuidades de las fiestas del poder real, independentista y republicano destinadas a celebrar el régimen, inventar la nación y construir la autoridad suprema en Lima, entre 1735 y 1828. El problema de la autoridad puede ser abordado desde la perspectiva jurídica, legal, institucional o desde el estudio de las prácticas, entre otros campos. Este libro examina la producción de la autoridad desde su dimensión ritual, mediante la cual se proyecta su imaginario otorgándole eficacia y continuidad. El problema de la continuidad se torna particularmente acuciante en los períodos marcados por la crisis de la monarquía, las guerras, las mutaciones de régimen político y en la edificación de las nuevas naciones. Para el período colonial se abordan dos tipos de ritual fundamentales de continuidad del poder monárquico en la América española: los recibimientos de virreyes, por un lado, y las proclamaciones o juras reales, junto con la proclamación de la Constitución política de la Monarquía Española, por otro lado. En la configuración post-absolutista se observa una sucesión de rituales de poder vinculados a intentos, de suerte diversa, de estabilización de un nuevo orden construido a la par que es ritualizado: el ritual constitucional gaditano, los rituales guerreros, independentistas y, por último, republicanos. El análisis del conflictivo ciclo ritual que va de 1808 hasta 1828 revela que la mitopoiesis nacional se apoyó selectivamente en formas rituales monárquicas. Así como las crisis encierran importantes elementos de continuidad, la continuidad contiene significativos rasgos de singularidad. La inmutabilidad que aspiran producir las instituciones de gobierno monárquicas es cuestionada por la misma naturaleza del ritual abordada en el libro: por más que se repita un guión relativamente estable, cada puesta en escena abre un campo de experiencia único e irrepetible confirmando la agencia de actores concretos y dando sustento a la idea de que antes que ser un mero reflejo de jerarquías y solidaridades sociales, el ritual contribuye directamente en su producción. La segunda idea que recorre el libro es que hasta el más controlado dispositivo simbólico del poder puede albergar en su seno un potencial contrahegemónico. Esto tiene que ver con las formas paradojales de la comunicación festiva y ceremonial que se examinan a lo largo de los capítulos.