Evento
La calidad de vida en el Partido de La Costa (1869-2010): Un análisis en base a datos censales
Colaboradores:
Linares, Santiago
; Entraigas, Ilda; Picone, Natasha
; la Macchia, Maria Lorena
; Rosso, Inés; Gandini, Marcelo Luciano; Tisnés, Adela
Tipo del evento:
Congreso
Nombre del evento:
V Congreso Nacional de Tecnologías de la Información Geográfica y III Congreso Internacional de Tecnologías de la Información Geográfica: “Modelización y TIG aplicados a procesos espaciales urbanos y regionales”
Fecha del evento:
09/11/2021
Institución Organizadora:
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Humanas. Centro de Investigaciones Geográficas;
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Facultad de Agronomía. Maestría en Teledetección y SIG;
Instituto de Hidrología de Llanuras;
Red Iberoamericana de Sistemas de Información Geográfica;
Provincia de Buenos Aires. Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Comisión de Investigaciones Científicas;
Comisión Nacional de Actividades Espaciales;
Título del Libro:
Libro de Resúmenes del V Congreso Nacional de Tecnologías de la Información Geográfica y III Congreso Internacional de Tecnologías de la Información Geográfica: “Modelización y TIG aplicados a procesos espaciales urbanos y regionales”
Editorial:
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
ISBN:
978-950-658-544-0
Idioma:
Español
Clasificación temática:
Resumen
Desde su génesis hasta nuestros días, el territorio argentino se ha estructurado al compás de la demanda del mercado mundial (Santos, 2000). Durante la etapa alto peruana (siglo XVIXVII), la organización espacial respondió a la expropiación de metales preciosos del cerro de Potosí (Bolivia), con destino a las metrópolis ibéricas (Silveira 2003; Brailovsky y Foguelman, 1993), siendo el actual noroeste argentino (NOA) la región más dinámica (Giovannetti, 2005). Hacia la postrimería del siglo XVIII, se produce la decadencia económica española, en simultaneo con el surgimiento de Gran Bretaña como nueva potencia del naciente capitalismo industrial (Cárcano, 1972). La nueva organización del comercio mundial se da junto al avance de la revolución industrial europea. La racionalidad comercial basada en el liberalismo y la nueva demanda externa, impuso cambios en la distribución espacial del territorio argentino, así como también sucesivamente plasmó la modernidad europeizada en El Litoral y fundamentalmente en Buenos Aires (Hora, 2014). La parte sud de la provincia de Buenos Aires presentaba sobre el Atlántico tres puertos, Ajó, Bahía Blanca y Patagones. El puerto de Ajó tuvo una alta actividad tras el bloqueo francés al puerto de Buenos Aires. En 1864 se dispuso la fundación del pueblo de General Lavalle sobre la margen derecha de la ría de Ajó –sobre la franja costera del Partido General Lavalle surgirá el Partido de la Costa en 1978 (Benseny, 2011)–. Estrechamente vinculadas con el puerto se asentaron en la zona las primeras industrias saladeriles (Varela, 1997). A mediados del siglo XIX la costa marítima de la provincia de Buenos Aires estaba escasamente poblada (Benseny, 2011), poseía tan solo el 1,5% de la población total de la provincia de Buenos Aires, según el primer censo Nacional realizado en el año 1869 –los partidos de Ajó, Tuyú, Mar Chiquita y Necochea, contaban con 3.381, 673, 2.289 y 1.129 habitantes, respectivamente–. En relación al índice de calidad de vida (ICV) del año 1869, los partidos mencionados presentaban los siguientes valores: Ajo 0,57, Necochea 0,56, Mar Chiquita 0,49 y Tuyú 0,42 (Velázquez y Otero, 2019), –ubicándose en términos relativos en las posiciones 47, 57, 83 y 112 entre los 251 departamentos o partidos existentes en 1869–. En el contexto de la planificación productiva del siglo XIX, el proyecto agroexportador implicaba una mirada permanente hacia el Río de la Plata y sus afluentes. El auge de la actividad saladeril generó que el puerto de Lavalle fuera, en 1880, el tercero en importancia del país –después de los de Buenos Aires y Rosario– (Bertolotti y Gil de Muro, 1991). Hacia 1880 comienza el derrumbe de la industria saladeril ante el advenimiento de los frigoríficos (Varela, 1997). En la racionalidad económica de fines del siglo XIX, no existía en la clase gobernante de la época, otro tipo de modelo de urbanización relacionado con las playas marítimas que no estuviera ligado a la existencia de un puerto o algún tipo de producción primaria. Las costas marítimas bonaerenses –incluidas sus playas–, eran visualizadas entre las zonas improductivas del país (Mantobani, 1997), y se las consideraba estériles, improductivas e inadecuadas para ser habitadas (Pisani, 1997). En correspondencia, la costa atlántica permaneció sin poblar desde fines del siglo XIX. Según el segundo censo realizado en el año 1895, la calidad de vida del partido de Lavalle era de 0,58 –ubicándose en términos relativos en las posiciones 141 entre los 380 departamentos o partidos existentes en 1895–. A partir del surgimiento de las playas como atracción turística (Mantobani,1997), se buscó valorizar estas tierras que poseían excelentes condiciones de sitio y posición –en tanto playas marítimas más próximas a la Metrópoli Nacional–, mediante la instalación de pueblos balnearios. Con el primer gobierno peronista a mediados de 1940 se inició la apertura de los balnearios a los sectores urbanos medios, vinculada al llamado “turismo social”. Más adelante, a partir de los años sesenta comienza a cobrar mayor importancia el hábito de hacer turismo entre capas cada vez más amplias de la población (Schluter, 1983; 1985). El patrón de urbanización de las zonas costeras difirió del realizado en las tierras altas dentro de la misma ecoregión. El modelo de desarrollo de los balnearios es dependiente del turismo interno, y, por tanto, de los cambios macroeconómicos. La dinámica de la actividad turística se caracterizó por su estacionalidad –implicando solo dos o tres meses por año–, la concentración económica en el espacio, periodos de desempleo en la población residente, fuertes movimientos migratorios temporales, entre otras consecuencias negativas (Gaudemar, 1977). La densidad de la mancha urbana se destacó por ser muy baja durante los primeros años, y entre 1958 y 1980 las áreas centrales se densificaron incorporando sectores de intensidad de ocupación mínima (Bertoncello, 1989). En 1983 el porcentaje de lotes edificados era muy bajo, llegando a solo el 21%, mientras simultáneamente se densificó la ocupación por subdivisión en propiedad horizontal, en un proceso aparentemente paradójico, dado el alto número de lotes vacíos. En el año 1980 la densidad de la población de La Costa era 113,5 hab/km2 , mientras que en General Lavalle era de tan solo 0,5, hab/km2 – y en la provincia de Buenos Aires de 35,3–. Respecto al índice de calidad del año 1980, el partido de Lavalle presentaba un valor de 0,52 –ubicándose en términos relativos en las posiciones 273 entre los 530 departamentos o partidos existentes en 1980–. El partido de La Costa presentó su mayor crecimiento poblacional durante el periodo 1991-200112 (INDEC, 2012). En la fuerte urbanización de la década del noventa, se destacan los múltiples proyectos de barrios privados. Posteriormente enfrenta un estancamiento debido a la crisis económica que transitó el país hacia fines de los años noventa. La situación se revierte a partir del año 2003, alcanzado una intensidad mayor a la percibida en el pasado. Hacia el año 2010 La Costa, presentó aumentos de la densidad de 135,8% en relación al año 1980, mientras que el total de Buenos Aires el crecimiento fue de solo 43,8%. La singularidad de la revalorización costera se basó en privilegiar determinados sectores de la trama urbana, recurriendo a productos inmobiliarios vinculados a la lógica de las demandas, que implicó el surgimiento de nuevas funciones en los espacios tradicionales (Carvalho y Guzmán, 2011). Esta dinámica de la selectividad territorial, regida por la especulación inmobiliaria, presentó como resultado una alta fragmentación del espacio (Fittipaldi et al., 2015). La calidad de vida media del Partido de La Costa en los tres últimos censos, se refleja en los siguientes valores del ICV 0,56 en el año 1991, 0,69 en 2001 y 0,70 en 2010 –ubicándose en términos relativos en las posiciones 219, 198 y 78 entre los 502, 511 y 525 departamentos o partidos existentes en 1991, 2001 y 2010, respectivamente–. Este destacado incremento del ICV, nos alienta a llevar un análisis de las desigualdades existentes detrás de este valor promedio. A partir de la construcción del ICV del año 2010 desagregado a nivel de radio censal, es posible analizar la dispersión existente entre los 286 radios censales que componen el partido. Así como también, comparando a este nivel espacial las distintas dimensiones socioeconómicas –educación, salud y vivienda– y ambiental –recursos recreativos de base natural, recursos recreativos socialmente construidos y problemas ambientales–, que constituyen el índice de calidad de vida.
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Citación
La calidad de vida en el Partido de La Costa (1869-2010): Un análisis en base a datos censales; V Congreso Nacional de Tecnologías de la Información Geográfica y III Congreso Internacional de Tecnologías de la Información Geográfica: “Modelización y TIG aplicados a procesos espaciales urbanos y regionales”; Tandil; Argentina; 2021; 244-248
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