La realización de los derechos de niñas, niños y adolescentes en tiempos de pandemia: Cómo garantizar la continuidad procesos de vinculación y el derecho a la coparentalidad

Abstract

Quienes tuvimos la posibilidad de compartir en familia la despedida de año y la bienvenida de un nuevo año, guardamos en nuestro interior los deseos y proyectos a realizar. En el imaginario interno, no pasaba por nuestro pensamiento el ser protagonistas de una pandemia, qué sin distinciones de fronteras y culturas, quedará registrado en la historia. Las primeras noticias de la extensión devastadora del COVID-19 y su correlato con la fiebre española de 1918, despertó preocupación por las connotaciones que esto traería a nivel mundial; pero con la esperanza deque sus ilimitados alcances no se extenderían a nuestro territorio. Rápidamente y sin estar preparados mentalmente para ello, empezamos a vivir su incipiente avance. Sin darnos cuenta y a paso lento, nos vimos en el último tercio del mes de marzo ante una situación de aislamiento social, preventivo y obligatorio. La comunidad toda aceptó en muy buenos términos la decisión tomada por el Gobierno nacional, dado que, si bien importaba una limitación del derecho a la libertad e intimidad, tenía como fin la preservación de otros derechos humanos que primaban en este contexto, como el derecho a la salud, el derecho a la vida y el derecho a la dignidad como fuente de todos los derechos de la persona humana.Con el paso del tiempo y la incertidumbre cada vez mayor en relación a la extensión del estado deemergencia sanitaria, pasamos a enterarnos y a vivenciar otras afectaciones de derechos que exigían y exigen de una rápida respuesta. Este escenario sumaba como elemento negativo, el encontrarnos ante una República que dejó de funcionar conforme a su esencia: el funcionamiento regular de los tres Poderes del Estado: ejecutivo, legislativo y judicial. Con el paso del tiempo el Poder Legislativo retomó con alcance limitado y bajo una modalidad presencial y virtual su actividad; mientras que el Poder Judicial desarrolló su labor de forma remota, en el marco de una feria judicial extraordinaria dispuesta por la Corte Suprema de Justicia de la Nación (2). En este contexto, cabe hacer mención como particularidad que es propia de un estado federal, la reserva que cada Provincia tiene en definir los alcances y el modo de funcionamiento de sus respectivos poderes y organismos. Así, observamos jurisdicciones que adoptaron criterios de mayor rigidez o apertura; destacando como elemento auspicioso, el comprobar en juezas/jueces y el sistema judicial en su conjunto, una actitud que despojada del rigor formal y atendiendo al compromiso de derechos en cada caso a resolver, respetan con los alcances que la virtualidad lo permite, los principios del proceso de familia para así llegar a decisiones que se ajustan a un criterio derazonabilidad. Este comportamiento que celebramos y que, en gran medida, reposó en el trabajo que en paralelo se vino haciendo en el seno de la comunidad internacional y regional, derivó en ciertos cambios graduales en el órgano ejecutivo, en sus tres niveles: nación, provincias y municipios. En particular y a modo ilustrativo, cabe hacer mención como durante un tiempo que consideramos excesivo, no contamos con el funcionamiento de los registros civiles provinciales y como esto se fue normalizando con alcances que varían en cada jurisdicción.La descripción que precede y que estimamos necesaria para poder avanzar en los aspectos queseleccionamos para este trabajo, tiene como propósito crear conciencia acerca del compromiso que nos cabe a quienes nos dedicamos a la investigación en el Derecho de las familias, infancia y adolescencia; en el sentido de reflexionar acerca del modo en que debemos repensar las relaciones de familia al momento de diseñar y proponer estrategias que resulten eficaces en la búsqueda de respuestas a los problemas que se precipiten durante la pandemia, como así también, para prevenir o aminorar la producción de daños en el después.Bajo este hilo conductor y con el ánimo de hacer un aporte que, sumado a otros, colaboren en la superación de la afectación de algunos de los tantos derechos que resultan vulnerados en el contexto en el que nos encontramos, decidimos limitar el abordaje a ciertos problemas que despiertan especial preocupación en el universo de niñas, niños y adolescentes. Con este fin, partimos del esbozo de preguntas: ¿cómo situarnos para que el factor tiempo no importe una afectación o pérdida de derechos en niñas, niños y adolescentes?; en situación de institucionalización con procesos de vinculación en curso, ¿cómo arbitrar medidas que permitanhacer realidad el derecho a tener una familia?; considerando la particularidad que atraviesa a cada niña, niño y adolescente, ¿qué estrategia seguir para garantizar el derecho a la coparentalidad?Antes de emprender el desarrollo y completar este marco general, creemos conveniente hacer tan solo una mención de otros problemas que ameritan una mirada tuitiva, como entre otros, salud mental en niñas, niños y adolescentes; deber derechos de alimentos derivados de la responsabilidad parental; violencia intrafamiliar y de género; derecho a la inscripción registral y derecho a la identidad de niñas, niños y adolescentes; cuestiones vinculadas a identidad de género de niñas, niños y adolescentes; derecho de toda niña, niño y adolescente a continuar el proceso educación formal en igualdad de condiciones.