Cambio, alternancia y permanencia política: Entre el golpe y la quema (2008-2019)

Abstract

En 2012, la presidencia de Fernando Lugo Méndez fue interrumpida y su vicepresidente, Federico Franco, proveniente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), tomó el gobierno y continuó hasta el 2013, año en el que la Asociación Nacional Republicana (ANR o Partido Colorado) ganó las elecciones nuevamente. En estos pocos meses, Paraguay experimentó más alternancia partidaria en la presidencia (tanto por elecciones como por mecanismos constitucionales de sucesión) que en toda su historia democrática desde 1989.El tiempo transcurrido entre 2008 y 2019 en Paraguay fue el contexto de fenómenos políticos originales y novedosos, pero en paralelo, también, de la repetición de otros que se reprodujeron a lo largo de la transición y esgrimieron escenarios parecidos.Entre los primeros, poder mencionar a) la llegada al gobierno, por primera vez, de un presidente que no provenía de ninguno de los dos partidos políticos tradicionales ni de las Fuerzas Armadas, sino de la Iglesia católica, donde llegó a ser obispo; b) la ejecución de lo dispuesto por el artículo 225 de la Sección VI de la Constitución de 1992 que habilita el juicio político, el cual había sido aplicado de manera incompleta durante la presidencia de Cubas Grau y de González Macchi; c) el acceso a la presidencia, por mecanismos de sucesión constitucional y no electiva, de un liberal, partido que desde hacía más de 70 años que no detentaba ese cargo; y d) también por primera vez en la historia paraguaya, una mujer ejerció el cargo de vicepresidenta.Entre los segundos, hallamos a) el retorno al poder de la ANR tras una interrupción de 5 años, actor con liderazgo central desde 1947; b) el problema de la tensión entre las facciones coloradas, que explicó gran parte del desequilibrio político de los noventa; y c) la persistencia del problema de la propiedad, explotación y ocupación de la tierra como eje organizador de la sociedad y la economía paraguayas. Algunos de los sucesos sociopolíticos ocurridos en este período obligan a repasar debates teóricos de larga data en el país y en la región. Un ejemplo lo constituye la discusión sobre la legalidad y legitimidad de la destitución a Fernando Lugo Méndez en 2012, que nos obligará a hablar de juicio político o golpe de Estado parlamentario, según la postura que se respalde. Además, la tensión en torno a la (in)constitucionalidad de la enmienda de 2017, que desencadenó un juego de interpretaciones y denuncias cruzadas respecto a su validez y legalidad.En este capítulo, analizaremos el desarrollo histórico del período y, al mismo tiempo, reflexionaremos teóricamente sobre algunos hitos políticos, a partir de un conjunto de claves conceptuales.