Gobierno y administración en el Tucumán, segunda mitad del siglo XVIII

Abstract

Los viajes expedicionarios a América excedieron los recursos de la Corona de Castilla, por lo tanto, a quien realizaba por su cuenta y riesgo incursiones colonizadoras los reyes les transfirieron, amén de otras prerrogativas, importantes funciones de poder público. A pesar de esto, la Corona no dejó exclusivamente en manos privadas la administración del nuevo mundo y creó autoridades especiales para América. La colonización enfrentó a la monarquía con problemas tradicionales enmarcados en un medio nuevo: defensa, establecimiento y mantenimiento de la autoridad real, extracción de lucro y administración de justicia. Para resolver estos asuntos se apoyó en los oficiales reales y en un lapso de pocas décadas estableció todo un dispositivo de entes administrativos de diverso tamaño, forma e importancia. La investigación sobre los hombres designados para cargos durante todo el período colonial revela que los nombramientos se hicieron por diferentes motivos: favores privados, herencia, necesidades financieras y mérito. La importancia de cada factor varió con el tiempo y según el cargo del que se tratase, por regla general mientras más importante era un cargo más cuidado ponía la Corona para ocuparlo, pero sus recurrentes quebrantos financieros tuvieron un gran efecto sobre las designaciones.