Tesis doctoral
Humanos y animales en el oeste tinogasteño (Catamarca, Argentina): su relación a lo largo del tiempo desde el siglo IV a.C. hasta la actualidad
Miyano, Juan Pablo
Director:
Ratto, Norma Rosa
Codirector:
Neme, Gustavo Adolfo
Fecha de publicación:
04/02/2019
Idioma:
Español
Clasificación temática:
Resumen
Los animales en general y los camélidos en particular han sido fundamentales para las sociedades andinas prehispánicas, desde los inicios de la ocupación de este espacio hacia comienzos del Holoceno (ca. 10000 años AP), hasta el momento del dominio incaico de gran parte de la región (ca. 500-600 años AP). Las vicuñas y los guanacos ocuparon un rol central en la economía de las sociedades cazadoras recolectoras del área andina, constituyéndose como las presas predilectas de estos grupos (Olivera 1997; Yacobaccio 2009). La intensificación en la caza de estos camélidos culminó en un proceso de domesticación que originó dos nuevas especies: alpacas en los Andes Centrales (ca. 6000 años AP) y llamas en los Andes Centro-Sur (ca. 4500 años AP). Estas especies domésticas adquirieron un papel fundamental en las economías productivas que comenzaron a emerger hacia los 6000-4500 años AP y que se desarrollaron plenamente hacia los 3000-2500 años AP en distintas áreas de la región andina (Hesse 1982; Kent 1982; Wheeler 1995; Olivera 1997, 2001; Mengoni Goñalons y Yacobaccio 2006; Izeta 2008; Mengoni Goñalons 2008). En el caso del pasado prehispánico del noroeste argentino, desde el inicio de las sociedades productivas (ca. 500 a.C.) y hasta la ocupación incaica de la región (ca. 1450 d.C.), el pastoreo de llamas se constituyó como la estrategia principal en relación con los animales. El aprovechamiento de dichos camélidos se concentró no solo en la carne sino también en la fibra y su capacidad de carga (Olivera 1997; Yacobaccio et al. 1997-1998; Olivera y Grant 2008; Izeta 2009; Belotti López de Medina 2015; Mercolli 2016, entre otros). La importancia relativa del pastoreo en la subsistencia de los grupos se encontraba sujeta a la posibilidad que otorgaba el ambiente para el desarrollo de la otra opción productiva: la agricultura. De este modo, en ambientes puneños el sistema de asentamiento, movilidad y subsistencia se organizó entorno al pastoreo mientras que en los valles y quebradas más bajos ese lugar fue ocupado por la agricultura (Olivera 2001). Sin embargo, hay evidencia que sugiere que la agricultura pudo haber jugado un rol importante en ciertos sectores de la puna catamarqueña (Olivera y Grant 2008) y salteña (López 2003).Asimismo, las actividades de caza y recolección no fueron desplazadas tras la incorporación del pastoreo y la agricultura. La caza de diversas especies silvestres (camélidos, cérvidos, dasipódidos, roedores, aves) persistió dentro de las sociedades productivas y complementó a las prácticas agropastoriles, incluso hasta momentos de la ocupación incaica del noroeste argentino (Yacobaccio et al. 1997-1998; Izeta 2007; Olivera y Grant 2009; Mengoni Goñalons 2013; Belotti López de Medina 2015; Mercolli 2016, entre otros). Particularmente, la caza de vicuñas entre las sociedades puneñas y circumpuneñas se constituyó como una estrategia importante y no meramente complementaria (Olivera 1997; Yacobaccio et al. 1997-1998; Ratto 2003; Olivera y Grant 2008, 2009; López 2009; Moreno y Revuelta 2010; Mercolli 2011, 2016; entre otros). Respecto a esto último, distintos estudios coinciden en que la captura de vicuñas se realizó simultáneamente a las actividades pastoriles durante los ciclos de movilidad de los rebaños en búsqueda de pasturas (Olivera y Grant 2009; Mercolli 2011, 2016). Por su parte, las crónicas incaicas del período de contacto hispano-indígena (ca. siglos XVI y XVII d.C.) otorgan datos que confirman la centralidad de los camélidos silvestres y domésticos en la vida de las sociedades andinas, así como también sus diversos usos, los cuales incluyen no solo los económicos sino también los simbólicos (Murra 1978; Dedenbach-Salazar Saenz 1990). Además, estas crónicas también son una excelente fuente de información para dar cuenta de las formas en que estas sociedades percibían y valoraban a los animales, lo cual influía directamente en su manera de relacionarse con ellos. Por un lado, muchas de ellas (Cieza de León 1996 [1550] a y b; Acosta 1986 [1590]; Garcilaso de la Vega 1943 [1609]; Guaman Poma de Ayala 1993 [1615]; Cobo 1956 [1640-1652]) coinciden en la existencia de una restricción y un control en la caza de vicuñas y guanacos en el Tawantinsuyu dado que estos eran considerados como el ?ganado de las divinidades? (Dedenbach-Salazar Saenz 1990:192) y denominados intip llaman (?llamas del Sol?) (Guaman Poma de Ayala 1993 [1615]). Por otro lado, las crónicas también poseen referencias respecto a llamas y alpacas, las cuales, a diferencias de vicuñas y guanacos, se constituyen como patrimonio de las personas (Murra 1978; Dedenbach-Salazar Saenz 1990). Sin embargo, y más allá de que las personas los puedan poseer, estos camélidos también tienen un origen divino el cual, según algunas fuentes, se encuentra relacionado a los cuerpos de agua (Flores Ochoa 1981; Dedenbach-Salazar Saenz 1990).Estas concepciones, clasificaciones y valoraciones identificadas en las crónicas incaicas respecto a los camélidos pueden rastrearse en algunas comunidades andinas actuales de distintos sectores de esta amplia región. Diversos trabajos etnográficos acuerdan en que en la cosmovisión andina existe una gran clasificación dicotómica de los animales en salka y uywa (Grebe 1984; Flores Ochoa 1985; Vilá 2014). Por un lado, vicuñas y guanacos son salka o ?animales de la tierra?, siendo propiedad de las deidades quienes los resguardan y controlan. Por otro lado, alpacas y llamas son uywa o ?animales de la gente? y, si bien poseen un origen relacionado a la acción de las deidades, las personas son las encargadas de vigilarlas y protegerlas. En este sentido, los pastores las pueden perder a manos de las deidades si no las cuidan correctamente o las maltratan (Grebe 1984; Vilá 2012). Así, entre los pastores actuales se observa una relación relativamente simétrica, de respeto y cariño con sus llamas y alpacas. Esto se percibe en distintas actitudes entre las que se destacan aquellas que consideran a estos animales como miembros no-humanos de la familia a los que se los reconoce particularmente y la realización de diversos rituales previo al sacrificio de un animal (Flores Ochoa 1981; Arnold 1995; Yacobaccio et al. 1998; Göbel 2002, 2009; Bugallo y Tomasi 2012; entre otros). De este modo, se observa cierta continuidad entre lo detallado por las crónicas respecto a los modos de percibir y valorar a los camélidos y aquello registrado por trabajos etnográficos. Estas formas de percibir y valorar a los camélidos corresponden a la cosmovisión andina, de aparente extensa difusión espacial y relativa permanencia temporal.1.1. Planteo del problema de investigaciónComo se ha planteado en los párrafos anteriores, ya sea desde una perspectiva arqueológica, histórica o etnozoológica, el abordaje de la relación que establecen los humanos con los animales se constituye como una vía que permite llevar a cabo una aproximación a los modos de vida de las sociedades humanas. En este sentido, la presente tesis propone analizar la relación humano-animal en el oeste tinogasteño (Catamarca) a lo largo del tiempo, desde las primeras sociedades agropastoriles de la región hasta la actualidad. Esta propuesta se enmarca dentro del Proyecto Arqueológico Chaschuil Abaucán (PACh-A) que, desde 1994 y bajo la dirección de la Dra. Ratto, desarrolla sus investigaciones en el oeste de Tinogasta (Catamarca). En esta amplia región de estudio, se destacan el valle de Fiambalá y la puna transicional de Chaschuil, separados entre sí por las sierras de las Planchadas y de Narváez y circundados por la cordillera de San Buenaventura por el norte. Además, las sierras de Fiambalá delimitan la región de estudio hacia el este (separándola del valle de Belén) mientras que la cordillera de los Andes lo hace hacia el oeste (marcando el límite con la III Región de Atacama en Chile). Así, el oeste tinogasteño se caracteriza por su variabilidad ambiental y altitudinal y, además, por la presencia de conectores naturales que posibilitan el tránsito y la interconexión entre los distintos ambientes que la componen, así como también con otras regiones como la puna meridional o los valles orientales (Ratto et al. 2012; Ratto 2013). El objetivo general del PACh-A es estudiar los cambios y/o continuidades en las prácticas sociales, económicas, políticas y simbólicas desarrolladas por las distintas poblaciones que habitaron el oeste tinogasteño desde las sociedades agropastoriles tempranas (ca. 500 a.C.) hasta el momento de la ocupación incaica (ca. 1450-1550 d.C.), haciendo énfasis tanto en el uso complementario de los diversos ambientes como en la movilidad entre ellos (Ratto 2013).Distintas líneas de investigación desarrolladas por el PACh-A, permitieron dar cuenta del complejo y dinámico proceso social y ambiental ocurrido entre los siglos I y XVII d.C. en el oeste tinogasteño (Ratto y Boixados 2012; Ratto 2013; Orgaz y Ratto 2013). A partir de ello, Ratto (2013) propone un modelo de poblamiento en el cual se destacan fenómenos de despoblamiento y de repoblamiento de ciertas áreas. En este sentido, entre el siglo I y X d.C. tanto las tierras bajas (valle de Fiambalá) como las tierras altas (puna transicional de Chaschuil, sierras de las Planchadas y de Narváez y cordillera de San Buenaventura) se encuentran integradas y habitadas por las primeras sociedades agropastoriles de la región. Hacia fines del siglo X d.C. se produce el despoblamiento de las tierras bajas debido a su inhabitabilidad producida por intensos acarreos de material pumíceo. Las poblaciones se trasladaron a las tierras altas donde siguieron reproduciendo las prácticas del primer milenio de la era hasta el siglo XIII d.C. Las condiciones en las tierras bajas se recompusieron posteriormente al siglo XIII d.C., coincidiendo el repoblamiento de esta región con la expansión del Tawantinsuyu y la movilización de nuevos grupos por parte del Estado Inca (ca. siglos XV a XVI d.C.). De este modo, se introdujeron prácticas nuevas que convivieron con las locales. Finalmente, hacia comienzos del siglo XVII d.C. se produce un nuevo proceso de desestructuración social de la región producto de la instauración de las encomiendas españolas.Sin embargo, aún no se ha explorado de manera profunda la relación humano-animal dentro de este complejo marco de alteraciones ambientales y políticas que produjo fenómenos de despoblamiento y repoblamiento en distintas áreas de la región de estudio. Respecto a esto, los estudios que se enfocaron en la relación humano-animal son relativamente escasos y, además, presentan objetivos muy diversos y abordaron distintos tipos de materialidades y/o evidencia (Mondini 1995, 1997; Ratto y Orgaz 2002-2004; Horwitz 2007; Ratto y De Nigris 2012; Miyano 2014; Lantos 2014) (ver Capítulo 5). Más allá de esta variabilidad y eclecticismo, todos ellos sugieren que en el pasado prehispánico del oeste tinogasteño los camélidos tuvieron un papel importante en el desarrollo de las sociedades productivas. No obstante, los datos aportados son escasos e impiden la discusión de la relación humano-animal en una escala espacial y temporal amplia. En este sentido, se desconoce qué rol tuvieron el pastoreo y la caza; cuáles fueron las estrategias empleadas en el manejo de los rebaños y cuáles fueron aquellas empleadas en la caza de camélidos silvestres y otros tipos de animales; cómo se procesaron y consumieron los animales; y de qué modo fueron integrados y utilizados los distintos ambientes en el desarrollo de todas estas prácticas. Asimismo, se desconoce si existieron cambios respecto a las prácticas vinculadas al uso de los animales a través del tiempo, considerando el complejo proceso de despoblamiento y repoblamiento de la región de estudio. Finalmente, tampoco se ha estudiado si las prácticas del pasado prehispánico persistieron después de la conquista española ni se ha abordado la forma en que las sociedades posteriores a dicha conquista percibieron a los animales y cómo se relacionaron con ellos.Para llenar este vacío de conocimiento, se plantearon distintas preguntas que guiaron la investigación desarrollada en esta tesis: ¿Cuáles fueron y en qué consistieron las estrategias empleadas en la obtención, manejo, aprovechamiento y consumo de animales entre los siglos IV a.C. y XVI d.C.? ¿Cómo se utilizaron e integraron los distintos ambientes en ese amplio lapso temporal? ¿Se vieron afectadas estas estrategias por la inestabilidad ambiental de fines del siglo X d.C. y por la incorporación del oeste tinogasteño al Tawantinsuyu? ¿Persistieron las prácticas del pasado prehispánico tras la conquista española? ¿Coincide la cosmovisión de las sociedades post-conquista española del oeste tinogasteño con la cosmovisión andina en cuanto a la forma de percibir y valorar a los animales?1.2. ObjetivosEl objetivo principal de esta tesis es conocer las estrategias y prácticas de obtención, manejo, aprovechamiento y consumo de animales llevadas a cabo por las sociedades prehispánicas que habitaron los distintos ambientes del oeste tinogasteño durante el período ca. IV a.C. ? XVI d.C. y las prácticas sociales, económicas y simbólicas vinculadas a los animales que fueron desarrolladas por las sociedades que ocuparon la misma región tras la conquista española.En tanto, los objetivos específicos son: 1.Discutir los cambios y/o continuidades en las estrategias vinculadas al uso de los animales y de los distintos ambientes del oeste tinogasteño durante el pasado prehispánico, a través del análisis zooarqueológico e isotópico del material arqueofaunístico proveniente de distintos sitios de la región de estudio.2.Discutir los cambios y/o continuidades en las prácticas sociales, económicas y simbólicas vinculadas a los animales y en los modos de percibirlos durante el período posterior a la conquista española, a través del análisis de fuentes documentales y del trabajo de campo antropológico con pobladores actuales del oeste tinogasteño.3.Evaluar y discutir la relación humano-animal en el oeste tinogasteño desde las primeras sociedades agropastoriles hasta el presente.1.3. Criterios metodológicos y teóricos Para alcanzar los objetivos planteados resulta necesario tomar decisiones metodológicas que involucran la definición de las unidades temporales y espaciales. Respecto a las unidades temporales, el extenso lapso temporal aquí considerado (ca. IV a.C ? actualidad) es dividido en tres grandes momentos: el pasado prehispánico, el pasado reciente y el presente. El pasado prehispánico refiere a todo el período temporal comprendido desde el siglo IV a.C. hasta la conquista española a comienzos del siglo XVII d.C. Considerando el modelo de poblamiento del oeste tinogasteño propuesto por Ratto (2013), el pasado prehispánico fue subdividido en tres bloques temporales: a) ca. IV a.C. a X d.C.; b) ca. X a XIII d.C.; y c) ca. XIV a XVI d.C. De este modo, los distintos sitios arqueológicos de la región de estudio pueden ser adscriptos temporalmente a alguno de estos tres bloques temporales en base a sus fechados radiocarbónico. En tanto, el segundo momento es el pasado reciente, el cual hace referencia a todo el período posterior a la conquista española, excluyendo al presente, el cual se conforma como el tercer momento temporal aquí considerando.Respecto a la dimensión espacial, el oeste tinogasteño se constituye como la unidad más amplia e inclusiva aquí considerada. Este extenso espacio se subdivide en los cuatro grandes ambientes que lo componen: el valle de Fiambalá (1400-2000 msnm), la precordillera (2200 a 3500 msnm), la puna transicional de Chaschuil (3500-4500 msnm) y la cordillera de los Andes (superior a 4500 msnm); considerando al primero como parte de las ?tierras bajas? del oeste tinogasteño y a los tres subsiguientes como parte de las ?tierras altas?.Por lo expuesto, la metodología que se propone en la presente tesis integra cuatro líneas de investigación: la zooarqueológica, la isotópica, la histórica-folklórica y la antropológica. Tanto la línea de investigación zooarqueológica como la isotópica se concentran en el pasado prehispánico y abordan los conjuntos arqueofaunísticos provenientes de diversos sitios arqueológicos del oeste tinogasteño, los cuales se emplazan en distintos ambientes y poseen distintas funcionalidades y cronologías. Mientras que las otras dos, la histórica-folklórica y la antropológica, se basan en el análisis de documentos escritos y en el trabajo de campo con pobladores actuales, respectivamente.Por un lado, la línea de investigación zooarqueológica propone realizar un análisis cualitativo y cuantitativo de los conjuntos arqueofaunísticos provenientes de distintos sitios para dar cuenta de la abundancia y diversidad taxonómica, la composición y estructura anatómica y etaria de los camélidos así como también la incidencia de distintos agentes (humanos y no-humanos) en la formación de los conjuntos. Para ello, se llevan a cabo distintos tipos de análisis sobre cada uno de los conjuntos arqueofaunísticos, a saber: a) la identificación anatómica y taxonómica de los especímenes y su clasificación en identificable (NISP) o no identificable (NID) (Lyman 1994; Mengoni Goñalons 1999); b) la evaluación de la diversidad y abundancia taxonómica a partir del cálculo del NISP (Lyman 1994), del NTAXA (Grayson 1991) y de diversos índices como el de heterogeneidad y equitatividad (Lyman 2008; Reitz y Wing 2008) y el de artiodáctilos (Broughton 1994); c) la identificación de tamaños de camélidos (vicuña, llama, llama-guanaco) mediante estudios osteométricos aplicando la técnica de diferencia de logaritmos de Meadow (1987) (von den Driesch 1976; Kent 1982; López 2003; Grant 2010); d) la construcción de los perfiles anatómicos de los camélidos a partir del cálculo del MNE, MAU, %MAU (Binford 1984) y PBE (Yacobaccio et al. 1997-1998); e) el empleo de índices de utilidad económica como el Índice de Carne (Borrero 1990), Índice de Médula Ósea (Mengoni Goñalons y De Nigris 1999) e Índice de Secado (De Nigris y Mengoni Goñalons 2005) y del Índice de Densidad Mineral Ósea (Elkin 1995); f) la evaluación de la presencia de distintas clases de edad de camélidos a partir de la construcción de perfiles etarios (Mengoni Goñalons 2013) y el empleo del Índice de Camélidos Subadultos (Belotti López de Medina 2015); y g) la identificación de modificaciones óseas (marcas antrópicas, no antrópicas) y grados de termoalteración y meteorización siguiendo los criterios generales propuestos por Mengoni Goñalons (1999, 2006-2010).Por otro lado, mediante la línea de investigación isotópica se propone realizar el análisis de isótopos estables de carbono (13C) y nitrógeno (15N) sobre el colágeno óseo de camélidos provenientes de los distintos sitios arqueológicos del oeste tinogasteño. Los camélidos analizados fueron seleccionados considerando su tamaño relativo, conformándose así dos grupos: pequeños (vicuña) y grandes (llama, llama-guanaco). Asimismo, en la selección se consideraron su proveniencia (sitio y ambiente) y su cronología. De este modo, los análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno buscan dar cuenta de la composición vegetal de la dieta de dichos camélidos (proporción de plantas C3 y C4) con el objetivo de discutir posibles áreas en donde se hayan alimentado a lo largo del tiempo. En este sentido, tanto la línea investigación zooarqueológica como la isotópica permiten discutir las prácticas de obtención, manejo, aprovechamiento y consumo de animales en general y de camélidos en particular llevadas a cabo por las sociedades que habitaron los distintos ambientes del oeste tinogasteño durante el pasado prehispánico (ca. IV a.C. ? XVI d.C.).La línea de investigación histórica-folklórica se focaliza en el pasado reciente y propone el relevamiento de la Colección de Folklore de 1921 la cual recopila manifestaciones orales y elementos folklóricos de distintas áreas de nuestro país que fueron registradas mediante una encuesta de escala nacional realizada por maestros a principios del siglo XX. La Colección de Folklore consiste en un total de 88009 documentos manuscritos que se encuentran incorporados en 3250 carpetas las cuales corresponden a los registros realizados por cada uno de los maestros de las distintas áreas de nuestro país (Ferreira 2005). A partir de la consulta del Catálogo de la Colección de Folklore (Rojas 1925-1938), el cual organiza esta inmensa obra, fue posible identificar un total de 12 carpetas que corresponden a la documentación realizada por 12 maestros del valle de Fiambalá, más precisamente de las localidades de La Ramadita, Medanitos y Fiambalá. En este sentido, se propone la lectura y el relevamiento de estas 12 carpetas en búsqueda de referencias respecto a prácticas y/o creencias vinculadas a animales. Así, esta línea de investigación histórica-folklórica permite llevar a cabo una aproximación a la relación que establecieron los habitantes del pasado reciente de nuestra región de estudio con los animales, así como también a los modos de percibirlos y/o valorarlos y, además, evaluar si estos se corresponden con la cosmovisión andina.Finalmente, la línea de investigación antropológica se enfoca en el presente y aborda una unidad doméstica del pueblo de Palo Blanco que posee un puesto de pastoreo en la Sierra de Narváez, formación montañosa que divide y permite vincular a través de conectores naturales las regiones de Fiambalá y Chaschuil. Este abordaje se realiza a partir del trabajo de campo antropológico (Ameigeiras 2006; Guber 2001) en la cotidianidad del puesto y busca recopilar información que permita discutir la relación que establecen los pobladores actuales con los animales de su rebaño, así como también con los silvestres y su forma de usar y percibir los ambientes por los cuales circulan.Los datos producidos por estas cuatro líneas de investigación se integran con aquellos resultados alcanzados por otros integrantes del PACh-A que realizan estudios sobre distintas materialidades y/o evidencias (Orgaz 2002; Ratto 2003, 2006; Ratto y Orgaz 2002-2004; Orgaz et al. 2007; Ratto et al. 2008; Feely 2010; Basile 2011, Ratto et al. 2012, 2013; Ratto 2013; Lantos 2014, entre otros). Esto posibilita discutir la relación humano-animal en el oeste tinogasteño, desde las primeras sociedades agropastoriles hasta el presente. Así, las prácticas humanas vinculadas a los animales se constituyen como una vía más para comprender los modos de vida de las sociedades que habitaron y habitan el oeste tinogasteño y, así, contribuir al objetivo general del PACh-A.Finalmente, cabe señalar que el enfoque teórico adoptado se basa en la propuesta antropológica, sistémica y relacional de Ingold (1993, 1994, 1996, 2000, 2004). La misma se centra en los seres humanos como componentes de sistemas de desarrollo en los cuales generan relaciones con otros organismos (humano y no-humanos) y con el ambiente y que, además, cada uno de ellos puede adquirir un rol potencialmente relevante en el devenir del resto. En este sentido, resulta imposible describir y abordar a los seres humanos independientemente de las múltiples y sumamente variables circunstancias ambientales e históricas en las que se desarrollas y de los otros componentes con los cuales se relaciona. Justamente, los animales se constituyen como uno de esos otros componentes de los sistemas de desarrollo con los cuales los humanos generan relaciones, principalmente durante la subsistencia aunque no exclusiva y únicamente en ella (ver Capítulo 2).1.4. HipótesisA partir de los antecedentes generales de nuestra región de estudio, se planteó una hipótesis general que guía la investigación. Esta hipótesis sostiene que durante el pasado prehispánico las sociedades que habitaron el oeste tinogasteño llevaron a cabo distintas prácticas y estrategias de manejo de llamas y caza de animales silvestres las cuales estuvieron sujetas a los cambios ambientales y sociopolíticos ocurridos en el período de los siglos ca. IV a.C. - XVI d.C. y se fueron modificando con las nuevas prácticas introducidas por la conquista española y su visión del mundo, lo cual alteró los valores y la cosmogonía andina.De la hipótesis general se derivan las siguientes cuatro hipótesis de trabajo y sus respectivas expectativas:Hipótesis 1: Durante el período comprendido entre los siglos ca. IV a.C. y X d.C., los grupos humanos que habitaron el oeste tinogasteño integraron las tierras bajas y altas bajo un sistema de subsistencia agropastoril en el cual la caza de animales silvestres tuvo un papel complementario.Se espera que en todos los conjuntos arqueofaunísticos dominen los camélidos, pero que existan diferencias entre aquellos conjuntos provenientes de los sitios de asentamiento permanente y ocupaciones temporarias localizados en las tierras bajas y altas, respectivamente. A saber: a) mayor diversidad taxonómica general, mayor abundancia de camélidos domésticos y mayor variabilidad de partes esqueletarias de camélidos en los sitios de residencia permanente; y b) menor diversidad taxonómica general, mayor abundancia de camélidos silvestres y menor variabilidad de partes de camélidos en los sitios de ocupación temporaria. Asimismo, se espera mayor variabilidad en los valores isotópicos de carbono en los camélidos domésticos que en los de los silvestres.Hipótesis 2: Durante el período comprendido entre los siglos ca. X y XIII d.C. los grupos humanos se asentaron en las tierras altas donde desarrollaron estrategias de subsistencia para superar las condiciones de inestabilidad ambiental imperantes en las tierras bajas las cuales consistieron en conservar llamas hasta edad adulta para reserva de proteínas y otorgar mayor importancia a la caza tanto de animales grandes como medianos y pequeños.Se espera que los conjuntos arqueofaunísticos de las tierras altas continúen siendo dominados por los camélidos, aunque con una mayor importancia de animales silvestres de menor tamaño. Asimismo, y dentro del subconjunto de los camélidos, se espera que las especies silvestres y domésticas se encuentren representadas equilibradamente. Finalmente, la expectativa respecto a los perfiles etarios de los camélidos domésticos consiste en que muestren una predominancia de animales adultos (más de 36 meses de edad).Hipótesis 3: Durante el período comprendido entre los siglos ca. XIV-XVI d.C., el Estado incaico organizó cacerías comunales de vicuñas y celebró festines, en los cuales se compartió el consumo de estos animales junto con la ingesta de bebidas alcohólicas (comensalismo político).La puna transicional de Chaschuil testimonia el registro material arquitectónico de cacerías comunales en la zona de Cazadero Grande, que se atribuyen a tiempos del inca (Ratto y Orgaz 2002-2004, 2008), y de sitios donde se considera que se han realizado prácticas de comensalismo político relacionadas con el ascenso al volcán Incahuasi (Orgaz et al. 2007; Orgaz y Ratto 2013; Orgaz et al. 2017; entre otros). En este sentido, se espera que en los conjuntos arqueofaunísticos de los sitios de las tierras altas predominen ampliamente las vicuñas entre los camélidos y que sus perfiles etarios exhiban una preponderancia de animales adultos (más de 36 meses de edad). Hipótesis 4: Tras la conquista española, el modo de relacionarse y percibir a los animales, así como también la forma de usar los distintos ambientes, se vio alterada dado el paulatino reemplazo de la cosmovisión andina por la occidental. Se espera encontrar diferencias y similitudes en la forma de percibir a los animales entre aquello relevado en la Colección de Folklore y la cosmovisión andina general (ver Capítulo 3). Asimismo, se espera encontrar principalmente diferencias en los modos de relacionarse con los animales y en el uso de los ambientes del oeste tinogasteño entre aquello documentado durante el trabajo de campo entre los pobladores locales y lo registrado en el relevamiento de la Colección de Folklore.1.5. Organización de la tesisLa presente tesis se organiza en un total de 13 capítulos. Como se ha desarrollado hasta aquí, el Capítulo 1 concentra el planteo del problema, los objetivos, los criterios teórico-metodológicos adoptados y las hipótesis que guiaron la investigación. En el Capítulo 2 se desarrollan los conceptos y las herramientas teóricas que, por un lado, definen el enfoque adoptado y, por otro lado, son utilizados para discutir e interpretar los datos generados por los distintos análisis realizados en la presente tesis. Concretamente, se trata de la propuesta antropológica, sistémica y relacional de Ingold (2000).En los siguientes tres capítulos (3, 4 y 5) se desarrollan los diversos antecedentes de investigación relevantes al problema de la presente tesis. Concretamente, en el Capítulo 3 se presentan los estudios que abordan a los camélidos sudamericanos desde distintas perspectivas. Por un lado, se hace referencia a aquellas investigaciones que se concentran en las características físicas, etológicas y ecológicas de las cuatro especies de camélidos, así como también en su organización social y su distribución geográfica. Por otro lado, se destacan los estudios etnográficos que dan cuenta de las estrategias de manejo que emplean los pastores actuales respecto a sus rebaños de alpacas y, principalmente, llamas. Y, finalmente, se desarrollan los estudios etnozoológicos que han abordado los modos en que las sociedades andinas perciben y valoran a los camélidos sudamericanos. En tanto, en el Capítulo 4 se desarrollan los antecedentes de investigación sobre las prácticas humanas vinculadas a la obtención, manejo, aprovechamiento y consumo de animales en general y camélidos en particular en las sociedades agropastoriles andinas prehispánicas (ca. 500 a.C. ? 1550 d.C.). Por último, en el Capítulo 5 se introduce el oeste tinogasteño (Catamarca) como la región de estudio de la presente tesis, se destacan sus características ambientales y se pone especial énfasis en los aportes de las distintas líneas de investigación que se han ido desarrollando desde hace 20 años y que permitieron dar cuenta de la dinámica de ocupación de esta región durante desde las primeras sociedades agropastoriles hasta la conquista española.En los siguientes dos capítulos (6 y 7) se presenta la metodología y las muestras estudiadas. Específicamente, en el Capítulo 6 se explicita la estrategia metodológica utilizada, la cual articula cuatro líneas de investigación. Por un lado, tanto la línea de investigación zooarqueológica como la isotópica se concentran en el estudio de los conjuntos arqueofaunísticos provenientes de sitios prehispánicos del oeste tinogasteño a partir del análisis cualitativo y cuantitativo del material óseo y del análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno de especímenes de camélidos, respectivamente. Por otro lado, la línea histórica-folklórica se enfoca en el relevamiento y el análisis de la Colección de Folklore de 1921 en búsqueda de referencias respecto a prácticas y/o creencias vinculadas a los animales y documentadas en el oeste tinogasteño. Finalmente, la línea de investigación antropológica se focaliza en el trabajo de campo realizado en un puesto de pastoreo en la Sierra de Narváez que busca dar cuenta de la relación que establecen los pobladores actuales con los animales y con el ambiente. Para cada línea de investigación se definen las diversas técnicas y herramientas metodológicas empleadas que permiten obtener los datos necesarios para cumplir los objetivos propuestos en el Capítulo 1. En tanto, en el Capítulo 7 se describen los sitios arqueológicos abordados en la tesis y se presentan los conjuntos arqueofaunísticos analizados.Los siguientes cinco capítulos de la tesis (8, 9, 10, 11 y 12) corresponden a los resultados alcanzados y su posterior integración y discusión. Concretamente, en el Capítulo 8 se exponen los resultados del análisis cualitativo y cuantitativo de los conjuntos arqueofaunísticos provenientes de los distintos sitios arqueológicos. En el Capítulo 9 se presentan los resultados de los análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno sobre colágeno óseo de camélidos pequeños (vicuña) y grandes (llama, llama-guanaco) provenientes de diversos sitios arqueológicos. En el Capítulo 10 se muestran los resultados alcanzados a partir del relevamiento de la Colección de Folklore de 1921. En el Capítulo 11 se exponen los resultados a los que se arribó a partir del trabajo de campo antropológico entre los pobladores actuales del oeste tinogasteño. Y, finalmente, en el Capítulo 12 se integran y discuten los resultados obtenidos por las distintas líneas de investigación a partir de los aspectos teóricos desarrollados en el Capítulo 2 y considerando los distintos antecedentes oportunamente expuestos en los capítulos 3, 4 y 5 y las características de los sitios arqueológicos presentadas en el capítulo 7. Asimismo, se evalúa la validez de las hipótesis planteadas en el Capítulo 1.Finalmente, en el Capítulo 13 se exponen las conclusiones alcanzadas, se destacan los aportes y limitaciones del estudio realizado y se proponen nuevos interrogantes que forman parte de la agenda de trabajo a futuro.
Palabras clave:
Zooarqueología
,
Isótopos Estables
,
Folklore
,
Etnografía
,
Camélidos
Archivos asociados
Licencia
Identificadores
Colecciones
Tesis(IDECU)
Tesis de INSTITUTO DE LAS CULTURAS
Tesis de INSTITUTO DE LAS CULTURAS
Citación
Miyano, Juan Pablo; Ratto, Norma Rosa; Neme, Gustavo Adolfo; Humanos y animales en el oeste tinogasteño (Catamarca, Argentina): su relación a lo largo del tiempo desde el siglo IV a.C. hasta la actualidad; 4-2-2019
Compartir