Sócrates aprendiz y maestro de Eros

Abstract

La imagen de Sócrates que brindan los diálogos platónicos responde a una concepción de la actividad filosófica que hace hincapié en la aspiración de saber antes que en su posesión efectiva, un saber que no puede ser capturado ni transmitido directamente de un sujeto a otro, sino que constituye un bien alumbrado por uno mismo con mucho esfuerzo y a través de una ejercitación constante. Esta concepción, reflejada tanto en los primeros diálogos como en la célebre comparación de Tht. 157c2-d2 de Sócrates como "mayéutico" o partero espiritual, está presente igualmente en Symp., cuyo planteo echa luz sobre algunos rasgos del Sócrates platónico asociados tradicionalmente a su actividad filosofante. Nos referimos a su profesión de ignorancia, a su negativa a ser considerado maestro y a su particular concepción acerca del modo de transmisión de la verdad. Estos tópicos familiares al lector de Platón aparecen aquí, sin embargo, bajo una luz nueva, que deja ver aristas inexploradas, a veces paradójicas, de una imagen de Sócrates que contrasta en muchos aspectos con la ofrecida en otros diálogos. El propósito del trabajo es despejar estas tensiones mediante una caracterización del conocimiento erótico que Sócrates reivindica en Symp., que sería indisoluble del reconocimiento de la propia ignorancia. Al reivindicar este conocimiento Sócrates se mantendría fiel a su profesión de ignorancia, aplicado a una búsqueda infatigable que redunda en el mejoramiento de sí mismo.