De empleados a patrones : Ganaderos malvinenses en la Patagonia

Abstract

El interés británico por la Patagonia se remonta al descubrimiento de la región por los europeos en el siglo XVI. La posición marginal de la Patagonia dentro del imperio español la expuso abiertamente a la influencia del imperio británico y esta situación continuaría durante todo el siglo XIX cuando Argentina y Chile entraron en escena. Aunque las jóvenes repúblicas intentaron integrar la región a sus respectivos territorios, recién lo consiguieron cuando la ganadería ovina -desbordando desde las Malvinas y desde la Pampa-permitió la colonización del conjunto de la Patagonia, a partir de 1880.Entre las diversas -y discutibles-actuaciones británicas en la Patagonia, existe una, insuficientemente tratada y -creemos-valorada. Nos referimos a la instalaciónde más de un centenar de ganaderos británicos provenientes de las islas Malvinas y que tuvieron un importante rol a la hora de la distribución de la tierra pública en Santa Cruz y en Magallanes, Chile. El primer abordaje concreto a este tema fue el de Pereira Lahitte (1971), desde una óptica más bien institucional. Desde lo legal e inmobiliario y dentro del marco del territorio de Santa Cruz, el tema fue muy bien tratado por Barbería (1995); a su vez, Foulkes (1987) lo define a grandes trazos sociológicos y los trabajos de Martinic Beros (1996, 2002) se ocupan sobre todo de las derivaciones en Chile.Desde la óptica británica, el tema fue abordado por Mainwaring (1983); quizás no haya sido casual que su trabajo se publicara el año siguiente de la guerra de 1982. Por su parte, Blake (2003) da una visión transfronteriza del proceso. Estos trabajos no tienen todos el mismo peso, pero todos se atrevieron a abordar un mismo tema de aristas afiladas, que por eso mismo suele ser soslayado o abordado prejuiciosamente. Las relaciones entre las Malvinas y el continente son un tema complejo cuyo abordaje teórico puede simplificarse mediante el enfoque multitemporal de Braudel (1958). Este autor propone distinguir entre los hechos inherentes a la estructura -regidos por tiempos largos y prácticamente constantes-, los hechos propios de la coyuntura, regidos por tiempos medianos, y por último los hechos regidos por tiempos cortos: los eventos. El concepto de la multitemporalidad se capta más fácilmente si la duración se expresa en generaciones; así, los hechos estructurales duran varias generaciones, los hechos coyunturales afectan sólo a una o dos, y los eventos -obviamente-se suceden dentro de una misma generación.Con relación a las Malvinas identificamos tres factores estructurales: 1) su ubicación marítima estratégica; 2) el litigio jurisdiccional; 3) la calidad de los pastizales. Los tres explican hechos geohistóricos que aparecen reiteradamente en la historia del archipiélago. Del primer factor se desprende el rol de sitio de reparaciones navales y de reaprovisionamiento y defensa, siempre vigente. El segundo factor, el litigio, de alguna manera se deriva del anterior y concierne a los intereses de Francia, el Reino Unido, los Estados Unidos, España, Argentina y Chile. El tercer factor, el agronómico, explica la abundancia del ganado vacuno que poblaba las islas desde el siglo XVIII y que hacía de ellas una fuente inagotable de carne gratuita. Más tarde -a partir de los años 1880-también las convirtió en un centro de dispersión de ovejas y ovejeros. Se ve aquí cómo un hecho estructural -buenos pastizales-determina una concatenación de hechos coyunturales. Estos tres factores estructurales han condicionado de distinta manera los vínculos entre las Malvinas y el continente.En este capítulo sólo se pretende ubicar al tema dentro de un contexto temporal y territorial un poco más amplio, que va desde un antecedente poco conocido del interés malvinense por tierras en la Patagonia hasta la percepción de guerra de las Malvinas, que se libró desde la Patagonia y que colocó a muchos patagónicos de origen británico en una incómoda situación.