Continuidades, “orden” y “despolitización” : la Universidad Nacional de Mar del Plata en los años de dictadura (1976-1983)

Abstract

La Universidad de Mar del Plata, nacionalizada durante 1975, ya había experimentado una serie de escaladas represivas a partir de 1974 que se fueron intensificando en los años siguientes hasta el golpe de Estado de marzo de 1976. Con la instauración de la dictadura, se produjeron marcadas continuidades en la gestión de esta Universidad, junto con una serie de nuevas directivas, mayormente de carácter administrativo. Mientras que una gran parte de las acciones represivas ya se habían llevado a cabo (por ejemplo, la destrucción de las carreras de ciencias sociales con todas sus implicancias) la gestión de los dos rectores civiles se caracterizó por ejecutar los lineamientos impuestos por los sucesivos ministros de Cultura y Educación de la Nación. Esas políticas intensificaron la “despolitización” y la búsqueda del “orden” en los claustros, pero además impusieron nuevas situaciones administrativas tendientes al control de la población estudiantil y del presupuesto, tales como los cupos por carreras y los exámenes de ingreso.

The Universidad de Mar del Plata, which had been nationalized in 1975, had already experienced a series of repressive rises as from 1974, which increased dramatically as the coup d’etat of March 1976 came closer. With the establishment of the military dictatorship, marked continuities in the administration of this university occured, together with a series of new directives, mainly bureaucratic. On the one hand, a great part of the repressive actions had already been implemented; for example, many undergraduate programs and departments of social sciences and their implications were eliminated. On the other hand, the administration lead by the two civilian chancellors of the Universidad de Mar del Plata had, as a salient characteristic, the faithful application of the directives imposed by the different Argentine ministers of Culture and Education. These policies intensified the process of ‘depoliticization’ and the quest for ‘order’ among authorities, teachers, and graduate and undergraduate students. In addition, they imposed new bureaucratic meassures aiming at controlling budgets and student practices, like quotas in undergraduate courses and entrance examinations.