El patrimonio arqueológico de la antigua frontera sur: fuertes, fortines y tolderías

Abstract

Asegurar las fronteras interiores pampeano-patagónicas fue una preocupación constante para la Corona española y para los diferentes gobiernos criollos que se sucedieron desde la Independencia hasta que la gran ofensiva militar, usualmente conocida como “Campaña al Desierto” (1880), consiguió la expulsión de las poblaciones indígenas autónomas de la pampa húmeda. A lo largo de ese período, desde el siglo XVIII hasta finales del XIX, se establecieron diversas líneas de frontera que estaban integradas, principalmente, por fuertes y fortines, delimitando así las jurisdicciones reales o pretendidas entre la sociedad hispano-criolla y los pueblos originarios. Estos procesos han sido estudiados tradicionalmente por historiadores, tanto desde perspectivas castrenses, como desde vertientes más ricas que incluyen múltiples variables económicas, sociales y culturales. En la última década, se ha producido un crecimiento exponencial de las investigaciones arqueológicas en sitios que formaron parte del espacio fronterizo bonaerense durante el siglo XIX, centrándose en los emplazamientos militares aunque también incluyeron, en menor medida, asentamientos indígenas. En este trabajo se presenta un conjunto de sitios arqueológicos localizados en los partidos de Tandil, Azul y Olavarría (TOA), que formaron parte de la frontera sur bonaerense en distintos momentos del siglo XIX. Se trata del Fuerte Independencia, que estuvo en el centro de la ciudad de Tandil; el Fuerte Blanca Grande, situado en la laguna homónima; el Fuerte Lavalle, próximo al arroyo San Quilco; el Fortín Miñana, localizado en las nacientes del arroyo Azul; el Fortín El Perdido, emplazado en las nacientes del arroyo Tapalqué y el sitio Arroyo Nieves 2, ubicado en el arroyo homónimo. Además de reseñarse los trabajos de investigación que se han realizado hasta la fecha en dichos sitios, se comenta el lapso temporal durante el cual éstos se hallaron en funcionamiento y sus características principales, realizando una breve descripción de los materiales que en ellos se recuperaron y una síntesis de la información que resultó de su estudio. También se evalúa su estado de conservación, prestando especial atención a los agentes y eventuales peligros de deterioro principales. Finalmente, se analiza su potencial en términos de una eventual explotación turística, contemplando las ventajas, las condiciones y las limitaciones que acarrearían su exposición y/o exhibición al público.