Hércules triunfante o los felices sucesos de su Majestad en su viaje a Normandía (1650)

Abstract

Muchas veces sucede que el Aire está cargado de nubes y que la Tierra y el Mar expelen tal cantidad de vapores que nos impiden ver la belleza de esta gran bóveda celeste, que parece haber sido pintada de azul, tachonada de diamantes para servir de cubierta a la Tierra y de dosel al Monarca del Universo. De este modo los grandes Estados están sujetos a la alteración de su tranquilidad y serenidad que se ve cubierta por la niebla por las facciones formadas por quienes están insatisfechos y por las intrigas de los súbditos malvados. Pero así como la llegada del Sol ahuyenta los malos espíritus, empuja las nubes y trae el buen tiempo, del mismo modo la presencia del Rey aleja a todos los impíos, disipa sus consejos y malogra sus prácticas.