El nacimiento de un "servicio": Agua, ciudad y construcción de estatalidad en Catamarca a principios del siglo XX

Abstract

El trabajo que presentaré a continuación constituye un primer intento de análisis de las redes de relaciones materiales y discursivas que, durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, operaron en la construcción del agua como un servicio de carácter público, en el caso urbano, y como un recurso económico, en el caso rural. El objetivo no es tanto detenerse en la distinción entre ambos, como analizar qué elementos (discusiones, imaginarios, actores, materialidades) participaron en la aparición y consolidación de esta diferencia. En las últimas décadas, las ciudades han emergido como entidades sumamente particulares respecto del agua, que ante ellas deja de ser entendida como un "recurso" para la producción para pasar a concebirse como un "servicio" para la población. Este trabajo pretende detenerse sobre esa diferenciación, dado que puede constituir la puerta de entrada para pensar en la forma en que los sentidos (políticos, simbólicos, científicos) que se ejercen y disputan en torno al agua operan como "infraestructura de ideas" que habilitan o no ciertas circulaciones y expresiones de la materialidad en el espacio. Las categorías de recurso y servicio, nuevas o dotadas de un significado nuevo en el contexto específico de la época, deben considerarse en el marco de procesos históricos amplios que dan lugar al surgimiento de actores y entidades variados, desde el Estado hasta los microbios. Este conjunto heterogéneo puede ser pensado como un ensamblaje de materialidades, discursos y seres, siguiendo algunas ideas de la Teoría del Actor-Red. Pretendemos que las transformaciones asociadas a la "modernidad" como período y como conjunto de procesos aparezcan asociadas a la historia y la especificidad de un territorio, en este caso, la ciudad y valle de Catamarca, Argentina. Creemos que este tipo de enfoque puede resultar particularmente ilustrativo de algunas características que adopta este ensamblado "moderno" en territorios considerados marginales respecto a esos mismos procesos de modernización. Este carácter periférico o marginal que he destacado resulta de un proceso histórico en el cual la ciudad aparece primero como última avanzada de la colonización española del territorio indígena, luego como sector secundario pero integrado económicamente en el sistema colonial centrado en la minería altoperuana, y por último como periferia creciente de un mundo económicamente volcado a la actividad agroexportadora pampeana-portuaria. A causa de esta historia de progresiva relegación territorial, Catamarca se torna un espacio privilegiado para observar algunas notas fundamentales de lo que podemos llamar modernidad. A lo largo del trabajo me detendré en este concepto, pero es necesario aclarar que la intención de utilizarlo es colocar el foco de la discusión en una serie de actores que aparecen como parte del mundo social en un momento determinado. En este caso podemos delimitar el período 1870-1920 como crucial, porque en ese momento se habilitarán una serie de relaciones con el espacio y las materialidades en general y con el agua en particular, que son clave para entender nuestro mundo. Concretamente, me centraré en tres actores fundamentales: el Estado, en su flamante expresión nacional; los microorganismos como entidades clave para comprender los nuevos vínculos entre personas y agua; y los ingenieros como protagonistas del proceso de espacialización de nuevas (y conflictivas) relaciones con el mundo. Asimismo, tal vez el análisis de un caso menor o marginal permita desnaturalizar ciertos supuestos que continúan vigentes, de forma implícita, en algunos análisis históricos. Si estudiamos exclusivamente los procesos que acontecen en las metrópolis o los centros de poder, corremos el riesgo de caer en un viejo vicio de la antropología cultural del siglo pasado: asumir que las periferias operan básicamente como copias imperfectas de los centros, y que es en estos últimos donde los procesos creativos, innovadores (y por ende "importantes") ocurren.