El uso de imágenes en historiografía

Abstract

A partir de la segunda mitad del siglo XX, la historiografía comienza a recurrir a nuevas fuentes, entre ellas, la imagen fotográfica. En la década de 1980, la incorporación de imágenes en la investigación se generaliza más allá de la arqueología, la historia del arte y la historia cultural, y se expande a todas las ramas del quehacer historiográfico.No obstante, según el diagnóstico que hacía Burke (2005) veinticinco años después de ese auge por las imágenes, el balance era bastante pobre. Más allá de la publicación de algunos trabajos, podía constatarse que pocos historiadores consultaban archivos de imágenes, pocas revistas científicas las incorporaban en sus páginas, y, cuando se usaban, servían como ilustraciones y no para dar nuevas respuestas o plantear nuevos problemas. Asimismo, existía un escaso desarrollo de la crítica de documentos visuales. Hoy en día, si bien el uso de imágenes en historiografía es cotidiano y hay excelentes análisis, podemos observar que persisten las dificultades de índole metodológica para el trabajo con fuentes visuales. En este capítulo nos centraremos en algunas de ellas y plantearemos recomendaciones prácticas para su superación, especialmente dirigidas a aquellos y aquellas que recién se inician en la investigación.